Su madre sabía todo y no hizo nada, yo quiero justicia», contó el padre. "Nadie nos hizo caso, es un niño, es un angelito, nadie nos hace caso" dijo llorando la tía paterna
El caso se remonta hace un mes, cuando la madre y padre del menor de 11 años determinaban quien se quedaría con la guarda. El niño escapó de la casa donde vivía con su mamá, siendo auxiliado por vecinos del municipio de Colcapirhua.
Al tomar contacto con su padre el pequeño le dijo que fue víctima de abusos sexuales. Siendo la primera agresora la hermana de su padrastro, quien le colocó un locoto en el recto, todo porque el menor no habría lavados los platos.
«Se realizó la denuncia a la Defensoría de Colcapirhua, mi persona habló personalmente con funcionarios y en relación al presunto abuso sexual no se hizo nada. Pese a que se dio parte de estos extremos, sólo se limitaron a interponer una denuncia por violencia familiar, pero no mencionan las agresiones del locoto, eso llamó la atención (…) El locoto fue introducido en el recto», contó el abogado Max Ureña.
Cuando el menor se quedó con su padre, contó que fue abusado sexualmente a sus primitos, identificando al agresor. «La Directora de la Defensoría no recibió la denuncia en Quillacollo, pese a que el niño vive en este municipio no atendió el caso, por el tema de jurisdicción», añadió.
Debido a esta situación es que la denuncia es llevada hasta el municipio de Vinto. El certificado médico forense corroboró que existen vestigios de las violaciones que sufrió.
Pero el calvario de este pequeño no termina, porque no sólo sufrió vejaciones, era agredido físicamente por su madre. Las agresiones se registraron cuando no hacía bien su tarea o tenía una letra legible, usando un cuchillo o un lapicero para castigarlo.
«Si no tenía buena letra al realizar su tarea, el niño contó que era agredido por su madre, le clavó un cuchillo en la mano y en otra ocasión usó un lapicero para punzarle. Esto es visible en el cuerpo del menor», indicó el jurista.
Cansado de los abusos, con tan sólo 11 años decide irse de su casa, al decirle a su progenitora que se irá esta le dice: «Ya ándate, pero sin la ropa que te he comprado».
«El pequeño se saca toda la ropa, toma su alcancía, sale y esto es advertido por vecinos. Es un vecino el que lo ayuda a buscar a su papá. Es a partir de esta situación que se descubre todas las vejaciones que sufrió este niño», declaró Ureña.
La Defensoría de Vinto indicó que los abordajes psicológicos deben ser realizados en el municipio de Quillacollo, lugar donde se negaron a aceptar la denuncia en primera instancia. Los vejámenes contra el menor se suscitaron desde hace 5 años atrás, cuando sólo tenía 6 años.
«Yo me enteré de los abusos cuando mi hijo estaba jugando con mis sobrinos, le pregunté con calma y me contó todo. Su madre sabía todo y no hizo nada, yo quiero justicia», contó el padre. «Nadie nos hizo caso, es un niño, es un angelito, nadie nos hace caso», dijo llorando la tía paterna.
Producto de las agresiones sexuales el menor no retiene las heces fecales, segrega un líquido por el ano, deberá ser intervenido por un cirujano proctólogo, fue la recomendación del médico forense, la madre del menor se encuentra desaparecida, fue denunciada y el caso es de conocimiento del Ministerio Público.