Es la primera vez que se hace un corazón con una impresora 3D con tejido humano de un paciente" explicó director de la investigación profesor Tal Dvir
Dvir tiene la esperanza de que "en diez o quince años tengamos impresoras 3D en hospitales, que provean de tejido para los pacientes. Quizás, corazones".Tomamos una pequeña biopsia de tejido graso del paciente, quitamos todas las células y las separamos del colágeno y otros biomateriales, las reprogramamos para que sean células madre y luego las diferenciamos para que sean células cardiacas y células de vasos sanguíneos", detalló el investigador.
El estudio, que se publica hoy en la revista Internacional Advanced Science, pavimenta el camino hacia la medicina del futuro, en la que los pacientes no tendrán que esperar a un trasplante o tomar medicación para evitar su rechazo. Los órganos que se necesiten serán impresos, totalmente personalizados para cada paciente, asegura la universidad.
El producto resultante, un corazón de unos 3 centímetros, equivalente al tamaño del de una rata o un conejo, "todavía es muy básico", admite el profesor, para quién "el próximo paso es madurar este corazón de modo que pueda bombear".
Las células se pueden contraer, pero el corazón completo no bombea. Necesitamos desarrollarlo más para lograr un órgano que pueda trasplantarse a un ser humano", comentó Dvir.
El próximo reto es madurar estas células y ayudarlas a que se comuniquen entre ellas, de forma que se contraigan juntas. Hay que enseñar a las células a comportarse adecuadamente. Y después tendremos otro reto, lograr desarrollar un corazon más grande, con más células. Tenemos que descubrir cómo crear suficientes células para producir un corazón humano", afirmó.