Iván Lima, ministro de Justicia de Bolivia, negó las acusaciones y dijo que "no hay pruebas" para sustentarlas, "somos un gobierno que está respetando las reglas del debido proceso y que está permitiendo que las reglas democráticas lleguen a todos los actores políticos" dijo Lima en entrevista
Tribunal Primero de Sentencia de La Paz dio conocer su fallo "de sentencia condenatoria" de 10 años, a cumplir en una cárcel de mujeres en La Paz, tres meses después de comenzar el juicio y 15 meses después de que la exmandataria fuera encarcelada preventivamente.
Presidido por el juez Germán Ramos, el tribunal anunció en una audiencia "la sentencia condenatoria" para la exmandataria de 54 años "por los delitos de resoluciones contrarias a la Constitución e incumplimiento de deberes [...], condenándola a la pena de 10 años". Fue condenada por incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes.
En su alegato final, Añez señaló que el Tribunal "excluyó" pruebas que descartaban un derrocamiento de Morales en 2019, quien estuvo 14 años en el poder. "Nunca busqué el poder", anunció previamente que apelaría un fallo condenatorio: "no nos quedaremos acá, iremos a justicia internacional".
Luis Guillén, el abogado de Añez, le dijo a The New York Times que creía que el fallo del tribunal tenía motivaciones políticas y que el actual gobierno de Bolivia, liderado por un aliado socialista de Morales, incurrió en violación a la ley debido al trato que Añez recibió durante su detención. “Vamos a agotar los recursos internos y luego acudir a organismos internacionales”, dijo Guillén.
Iván Lima, ministro de Justicia de Bolivia, negó las acusaciones y dijo que “no hay pruebas” para sustentarlas. “Somos un gobierno que está respetando las reglas del debido proceso y que está permitiendo que las reglas democráticas lleguen a todos los actores políticos”, dijo Lima en entrevista.
Durante los alegatos finales, Añez se hizo eco de esa argumentación al decirle a los magistrados que era inocente y que su ascenso al poder fue “una consecuencia de todo lo que pasó” hace dos años.
“No moví ni un dedo para llegar a la presidencia”, dijo Añez. Ella ha negado las acusaciones en su contra y dijo que era víctima de “persecución política”.
Añez, de 54 años, se volvió profundamente impopular entre el pueblo boliviano por motivos que iban desde presuntas violaciones a los derechos humanos hasta su antagonismo hacia el partido de Morales, Movimiento al Socialismo (MAS), que sigue siendo el mayor del país. Tal vez lo más significativo, fue su impopularidad por su manejo de la pandemia y la perturbación económica subsiguiente.