Gobierno alemán decidió de forma inesperada restablecer temporalmente los controles en sus fronteras, desbordadas ante la llegada de miles de refugiados desde Austria y entre las crecientes críticas a la falta de previsión de la canciller, Angela Merkel.
Esta medida fue anunciada en Berlín por el ministro alemán de Interior, Thomas de Maizière, antes de viajar (este luenes) a Bruselas para reunirse con sus colegas europeos, a quienes instó a asumir su responsabilidad para distribuir a los solicitantes de asilo en todo el territorio comunitario.
Paralelamente a su anuncio una portavoz de la empresa nacional de ferrocarriles Deutsche Bahn informó de la suspensión del tráfico ferroviario con Austria hasta las 6:00 horas del lunes (00:00 HB). El cierre temporal de las fronteras, según De Mazière, es "urgente" por motivos de seguridad y necesario para frenar los flujos de solicitantes de asilo y volver a contar con un procedimiento ordenado en la frontera.
El objetivo prioritario es la frontera con Austria, que han atravesado decenas de miles de refugiados desde que el pasado fin de semana Berlín y Viena decidieran dejarles vía libre ante la situación de emergencia en Hungría. Alemania deja en suspenso los acuerdos de Schengen que garantizan la libre circulación de personas en el territorio comunitario y la entrada en el país sólo podrá hacerse con la documentación reglamentaria.
De Maizière recordó que, según la legislación europea, su país no es responsable de la mayoría de solicitantes de asilo que llegan e instó a todos los socios a respetar el convenio de Dublín que, recordó, sigue en vigor. Este establece que los peticionarios de asilo deben ser registrados en el primer país europeo al que llegan, encargado también de tramitar sus solicitudes.
Hasta que se produjo el anuncio se sucedían las críticas, veladas o directas, a la improvisación de la canciller, principalmente desde Baviera, el Estado federado fronterizo con Austria y el más afectado por los continuos flujos de llegadas.
Según cifras de las autoridades comarcales, desde finales de agosto la capital, Múnich, ha acogido a 63.000 refugiados y sólo ayer llegaron a su estación central de tren alrededor de 12.200. Según las estimaciones realizadas el viernes por el ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, Alemania espera para este fin de semana alrededor de 40.000 solicitantes de asilo.