El material antidisturbios arribó a Bolivia la madrugada del 13 de noviembre, horas después de que tomara al poder Áñez la noche del 12 de noviembre
Dato revelado por un testigo que declaró este 30 de marzo en la Fiscalía, en el marco de la investigación iniciada en Bolivia por el ingreso irregular de cartuchos antimotines. En la declaración, a la que tuvo acceso La Razón, el testigo reveló que no tenían previsto una escolta policial, ya que se había planificado el recorrido a El Alto en caravana de vehículos diplomáticos.
Los vehículos de la Policía escoltaron la madrugada del 13 de noviembre de 2019 a los miembros de la misión diplomática que se trasladaron desde la ciudad de La Paz hasta la plataforma aérea de los Diablos Negros de El Alto para recibir los “gases y municiones” enviados por el gobierno del expresidente argentino Mauricio Macri a la administración de la expresidenta Jeanine Áñez.
“Pero cuando llegó la Policía Boliviana indicaron que no iríamos en ningún vehículo de la embajada sino en un bus de la Policía. Subimos todos al bus de la Policía y este fue escoltado por camionetas de la Policía, es decir, que la seguridad ya estaba en manos de la Policía Boliviana, realmente la situación era muy peligrosa, especialmente, por los bloqueos que había en El Alto”, declaró el testigo ante la Fiscalía.
El material antidisturbios arribó a Bolivia la madrugada del 13 de noviembre, horas después de que tomara al poder Áñez, la noche del 12 de noviembre, tras la dimisión del expresidente Evo Morales. Por este caso es investigado en Argentina el expresidente Macri y varios de sus exministros de Estado, ya que envió el material no letal sin cumplir las normas y procedimientos internos.
Una vez llegó el material a la terminal aérea de El Alto, en un avión militar Hércules, fue distribuido entre la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) y la Policía, según las investigaciones. De hecho, el testigo confirmó en su declaración que una parte de las cajas con el material fue cargada a una camioneta policial y otra fue depositada en un hangar de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB).
Un similar caso ocurrió con Ecuador. En el gobierno de Lenin Moreno se envió a Bolivia 5.000 granadas de mano, 2.389 proyectiles de largo alcance calibre 37 milímetros, 560 proyectiles de corto alcance calibre 37 milímetros y 500 granadas de sonido y destello para exteriores.
La fiscal Magaly Bustamente tomó la declaración al testigo, quien reveló que cuando preguntó qué “hay dentro (de las cajas) para que pesen tanto”, le respondieron: “Que los gases y municiones son pesadas”.
El envío del material se descubrió por una carta de agradecimiento enviada por el excomandante de la FAB Gonzalo Terceros, el 13 de noviembre de 2019, al entonces embajador argentino Normando Álvarez. Se agradece en la misiva por 40.000 cartuchos antimotines.