Hitler, Mussolini, Gaddafi y otros tantos. Todos ellos fueron crueles dictadores que acabaron con la vida de miles de personas y dirigieron la existencia de millones. Sin embargo, también eran humanos y, como tal, tenían sus predilecciones a la hora de sentarse a la mesa. Pero ¿Existe, a día de hoy, constancia de cuáles eran sus comidas favoritas?
Y es que, en este texto las escritoras se sumergen en las predilecciones culinarias de los grandes dictadores del Siglo XX (algunos de ellos tan actuales como Fidel Castro o Kim Jong-il).
1-Adolf Hitler A pesar de que el Führer era conocido por ser vegetariano, las investigadoras afirman que -durante 1930- se «saltó» varias veces sus convicciones para comer el que era su plato favorito: paloma rellena con nueces, lengua, hígado y pistachos. Al parecer, declaró en varias ocasiones que no había «nada mejor que una buena bola de hígado» al sentarse a la mesa. Esta afirmación corroboraría la teoría de que el líder nazi no ingería carne debido a un problema gástrico que le provocaba una flatulencia crónica, pero no por ideales.
2-Benito Mussolini El dictador italiano sentía auténtica debilidad una sencilla ensalada elaborada a base de ajo crudo, aceite y limón (todo ello mezclado en una especie de pudding). «Solía comerse un plato entero al día. No podía ir a ninguna parte con él después de eso», explicaba –según los datos recogidos por el «Telegraph»- su mujer a la cocinera de la familia. Además, las investigadoras afirman que únicamente ingería pasta fabricada de forma especial y no le gustaba la carne –aunque no le importaba meterse entre pecho y espalda un buen pedazo de ternera marinada en todo tipo de hierbas-.
3-Muamar Gaddafi Al igual que Hitler, las investigadoras consideran que el libio sufría de flatulencia crónica, por lo que tuvo que renunciar a una de sus bebidas preferidas: la leche. Entre sus comidas favoritas se encontraban los macarrones –no se especifica la salsa con las que acompañarlos.- y el cuscús con carne de camello. Según sus más allegados, solía disfrutar con alimentos sencillos.
4-Fidel Castro En palabras de Clark y Scott, la íntima amiga de Fidel Castro, Celia Sánchez, ha revelado en varias ocasiones que éste siente auténtica devoción por la sopa hecha con una tortuga en peligro de extinción.
5- Kim Jong-Il Al parecer, el líder norcoreano fue un auténtico gourmet. De hecho, y siempre según las autoras, poseía una biblioteca entera llena de libros de cocina e instruyó a sus embajadores para que le informaran de las especialidades culinarias locales de las regiones que visitaban. Así conoció desde el caviar iraní hasta la carne de cerdo danesa pasando por los mangos tailandeses. Sin embargo, las comidas por las que sentía debilidad eran la sopa de aleta de tiburón y la elaborada a base de carne de perro (la cual, según creía, le proporcionaba inmunidad ante las enfermedades y virilidad).