El mayordomo y el informático, un empleado de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, gobierno central del Vaticano, serán juzgados por "robo agravado" y "complicidad", en este caso conocido como el escándalo "Vatileaks", informó el juez de instrucción, Piero Bonnet.
A Gabriele, de 46 años, con ciudadanía vaticana, detenido el pasado 23 de mayo, le fue concedida el 22 de junio la detención domiciliaria, y desde entonces permanece junto con su familia dentro del Vaticano. Por su parte Sciarpelletti, técnico de sistemas informáticos de la Secretaría de Estado, detenido en mayo y después en libertad provisional, será juzgado por "receptación" de objetos robados. "Su papel es marginal", precisó en una conferencia de prensa el portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi.
El Vaticano proseguirá la investigación sobre otras personas involucradas en el escándalo, precisó el religioso. "La magistratura vaticana descubrió una realidad muy compleja. La justicia proseguirá su labor, la investigación sobre otras personas involucradas sigue abierta", declaró Lombardi durante una conferencia de prensa. La imagen del Vaticano se vio perjudicada por la filtración de un centenar de documentos internos, entre ellos numerosas cartas privadas dirigidas al Papa o a su secretario, lo que ha provocado una de las mayores crisis del papado de Benedicto XVI, ya que puso en entredicho incluso su liderazgo como guía de la Iglesia católica.
Según el texto de la decisión judicial, divulgada a la prensa, durante el allanamiento del apartamento del mayordomo papal, encontraron un cheque de 100.000 euros destinados al pontífice y un ejemplar precioso de la Eneida, el célebre poema épico de Virgilio, escrito en latín. Otros 37 documentos reservados fueron hallados en el apartamento privado de Gabriele en Castelgandolfo, la residencia de vacaciones del Papa a las afueras de Roma.