Demócratas esperan que la fórmula Biden-Harris pueda abarcar al electorado más tradicional que se siente reafirmado con la experiencia del ex vicepresidente y a un votante más joven, ávido de cambio y una mayor diversidad en la política
“Hoy vamos a discutir los planes para reconstruir de una forma mejor esta nación y llevarla por una nueva vía”, dijo el ex vicepresidente norteamericano durante la presidencia de Barack Obama en un tuit antes de su discurso de aceptación en la noche, que debido a la crisis del coronavirus hará de forma virtual desde su residencia en Wilmington, Delaware, siguiendo la estela de una campaña marcada por la pandemia.
El evento es transmitido en vivo tanto por las principales cadenas televisivas como por el Partido Demócrata. Más de tres décadas después de su primer intento en llegar a la Casa Blanca, Joe Biden aceptará este jueves la nominación como candidato presidencial de los demócratas para enfrentarse en noviembre a Donald Trump, en una elección marcada por la crisis sanitaria por el coronavirus.
Joe Biden con 77 años, parte del grupo de riesgo y su campaña se ha caracterizado por apariciones contadas, muchas de ellas desde el sótano de su casa, su discurso marca el final de la convención demócrata, que debía celebrarse en Wisconsin pero terminó siendo casi completamente virtual debido a la pandemia del coronavirus, que ha dejado más de 170.000 muertos en Estados Unidos.
Trump seguirá la estrategia que mantuvo desde el inicio de la convención rival organizando un mitin simultáneo. Este jueves visitará Old Forge una localidad en Pensilvania cercana al pueblo donde nació Biden. Durante toda la semana ha visitado distintas localidades en estados pendulares que cambian de una elección a otra, desde Wisconsin, a Arizona y pasando también por Iowa.
Los demócratas recibieron la noticia de que Steve Bannon, ex consejero de Trump, fue arrestado y acusado de defraudar a ciudadanos que donaron dinero para construir un muro en la frontera con México. Pero en un formato de discursos que en su mayoría ya fueron grabados y están listos para ser emitida, no está claro si van a poder aprovechar esta información para su fiesta electoral.
El pasado miércoles la compañera de fórmula de Biden, Kamala Harris, hizo historia como la primera mujer afroamericana en ser nominada por un partido mayoritario como candidata a la vicepresidencia. “El fracaso de liderazgo de Donald Trump ha costado vidas y sustento”, además instó al electorado a elegir el 3 de noviembre a un presidente que pueda unir a “negros, blancos, latinos, asiáticos, indígenas” y no convertir “nuestras tragedias en armas políticas”.
El jueves están previsto las alocuciones de Cory Booker, Micheal Bloomberg, Pete Buttigieg y Andrew Yang, que formaron parte del numeroso pelotón de precandidatos demócratas en la carrera que finalmente ganó Biden. El tono probablemente confirme el mensaje que los demócratas han emitido durante todo el cónclave: el gobierno de Trump es un caos y, como advirtió el miércoles Hillary Clinton, si es reelegido, “las cosas serán aún peor”.
Los demócratas buscan cimentar la unidad del partido, alejando los fantasmas que dejó el cónclave de 2016, cuando se hizo evidente un cisma entre la entonces candidata Hillary Clinton y los sectores más progresistas identificados con el senador Bernie Sanders. En su discurso el lunes, Sanders destacó que “Joe Biden va a terminar con el odio y la división creados por Trump”.
Obama abandonó el jueves una regla no escrita entre los ex presidentes de mantenerse al margen de la política de su sucesor y afirmó que Trump ha tratado la presidencia como un “reality show” y ha dejado las “instituciones democráticas amenazadas como nunca antes”. Trump respondió con fuerza afirmando que Obama fue un presidente “espantoso” y lo tildó además de “ineficaz”.
En cuanto a los republicanos, su convención tampoco escapará del formato virtual y ya está rodeada de polémica por el anuncio de Trump de que recibirá la nominación de la Casa Blanca, rompiendo el mandato de separar sus actividades de gobierno de su campaña. Los demócratas esperan que la fórmula Biden-Harris pueda abarcar al electorado más tradicional que se siente reafirmado con la experiencia del ex vicepresidente y a un votante más joven, ávido de cambio y una mayor diversidad en la política.