China impondrá un nuevo impuesto a las emisiones de dióxido de carbono en el marco de la introducción de nuevas políticas fiscales destinadas a preservar el medio ambiente y la calidad del aire del país, después de que varias ciudades sufrieran el mes pasado la peor contaminación en años.
Según aseguró hoy el jefe de coordinación de Política Tributaria china, Jia Chen, en un artículo en la página web del Ministerio de Finanzas, el Ejecutivo chino impondrá "una tasa de protección medioambiental que sustituirá los pagos por el vertido sustancias contaminantes".
Aunque en el artículo no se abordan las especificidades del impuesto ni el calendario de aplicación, sí se concreta que las autoridades municipales serían las encargadas de administrarlo. Según Jia, el Gobierno impulsará reformas para modificar los impuestos que afectan al carbón se pretende que se grave de acuerdo con su precio y no con el volumen de ventas- y se abre la posibilidad de tasar el agua.
En 2010, el Ministerio de Finanzas chino ya sugirió una tasa de 10 yuanes (1,6 dólares, 1,2 euros) por tonelada de dióxido de carbono a partir del año 2012 -un impuesto que se incrementaría a los 50 yuanes en 2020-, pero que finalmente no se aplicó.
La fuerte contaminación del aire de las principales ciudades de China durante el pasado mes de enero ha aumentado la presión a las autoridades para impulsar medidas "verdes", como la exigencia a las principales refinerías del país de acelerar el proceso para mejorar la calidad de la gasolina. China es uno de los mayores emisores mundiales de gases de efecto invernadero y Pekín se ha comprometido a reducir la cantidad de dióxido de carbono emitido por unidad de producción entre un 40 y un 45 por ciento en 2020 en comparación con los niveles de 2005.