Faisal, un niño marroquí de apenas 13 años con retraso mental, pasó seis años atado y encerrado en un minúsculo cuarto sin ventanas de la localidad de Taurirt (al norte del país) hasta que las autoridades descubrieron su caso y le liberaron.
Sus captores eran sus propios padres, quienes, al carecer de recursos con los que pagar su tratamiento, decidieron aislarle ante las continuas quejas de sus vecinos. Según ha explicado la madre del joven marroquí, tanto ella como su marido se vieron obligados a atar a Faisal con una cadena a la pared de un cuarto sin cama ni baño cuando los vecinos se quejaron de su agresividad.
Durante ese tiempo, la familia visitó los hospitales de todo el norte del país (Fez, Jemiset, Berkán o Rabat) en busca de ayuda, pero nadie se quiso hacer cargo del pequeño por su difícil carácter. De hecho, y según ha afirmado la progenitora, tras su periplo por los centros hospitalarios únicamente obtuvieron cócteles de pastillas tranquilizantes para calmar al niño por su falta de recursos.
El caso de Faisal salió a la luz gracias a YouTube, plataforma a la que un usuario subió un vídeo en el que se podían ver las precarias condiciones de vida del pequeño. El corto causó tanta repercusión que un centro especializado en enfermedades mentales de la ciudad de Uxda decidió hacerse cargo del menor, según indicó la primera cadena oficial de televisión.
Mientras tanto, el hermano del niño sigue detenido por la Gendarmería (policía rural), y el padre ha sido liberado por su anciana edad y minusvalía, aunque también fue capturado en un primer momento. Este caso ha puesto de relieve una vez más el calvario por el que pasan los enfermos mentales y sus allegados en Marruecos, ante las carencias de la sanidad pública para hacerse cargo de ellos.