El astronauta comandó el Apollo 11, la misión que logró con éxito poner pie en el satélite el 20 de julio de 1969. En aquel momento histórico dejó su frase para la posteridad: «Un pequeño paso para el hombre pero un gran salto para la Humanidad». Los astronautas Buzz Aldrin y Michael Collins fueron sus compañeros de viaje.
La familia, en un comunicado, ha señalado que Neil Armstrong es «un héroe estadounidense en contra de su voluntad sirvió a su país con orgullo como piloto naval, piloto de pruebas, astronauta, entonces». La misión Apollo 11 fue su último viaje espacial. Al año siguiente, la NASA le destinó a desempeñar labores de despacho, como administrador asociado para aeronáutica en la oficina de investigación avanzada y tecnología. No aguantó en el puesto mucho tiempo.
En 1971 abandonó la agencia espacial norteamericana para convertirse en profesor de Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de Cincinnati. Armstrong, ingeniero aeronáutico, piloto y astronauta, nació el 5 de agosto de 1930 en Wapakoneta, Ohio. En 1949 ingresó en la Marina de los Estados Unidos, donde prestó sus servicios hasta 1952. Al reanudar su vida civil se graduó en Ciencias e Ingeniería Aeronáutica en la Universidad de Purdue (Indiana), y más tarde, amplió estudios en la Escuela de Graduación de la Universidad de Carolina del Sur.
Inició sus contactos con la NASA en el Centro de Investigaciones Lewis, donde trabajó como piloto de pruebas desde 1955 y en 1962 fue admitido como astronauta y sucesivamente ocupó los puestos de jefe de la Oficina de Operaciones y Entrenamiento de Astronautas; suplente de la tripulación del «Géminis 5» y organizador de vuelos espaciales tripulados, para pasar luego al equipo de vuelos de alunizaje. En este destino estuvo a punto de perecer el 7 de mayo de 1968, durante una prueba en la que el módulo lunar se incendió en el desierto de Texas. Sin embargo, su destino quedó unido al éxito del viaje realizado un año después.