Cuando una mañana de 1976 Steve Jobs y Steve Wozniak, amigos desde la adolescencia, fundaron Apple, nunca imaginaron el tremendo impacto que tendría sobre nuestra sociedad el gigante empresarial en que se ha convertido la multinacional de Cupertino.
Un genial retrato del fulgurante éxito de Apple, lo dibujan los miles de seguidores incondicionales que se agolpan a las puertas de los comercios, el mismo día que la multinacional lanza un nuevo producto al mercado. Colas interminables y horas de espera no son obstáculos para toda una legión de fanáticos. Este hecho encajaría en cualquier plan de rentabilidad de una empresa, de no ser porque el caos y las avalanchas humanas formadas en torno al preciado y ansiado objeto, han ido, progresivamente, ganando protagonismo en las lujosas presentaciones de la marca. El continente asiático se ha convertido en el principal epicentro conflictivo, donde el furor por la innovación tecnológica se suele magnificar con frecuencia.
Sistema de reserva para evitar la compra masiva Para paliar esta situación, Apple ha optado por lanzar su nuevo «iPad», estrenado hoy en China, de una forma diferente. La «firma de la manzana» sentó las bases para una inauguración más controlada. Para ello, introdujo un sistema de reserva pre-venta que requiere el registro previo de todos los clientes interesados en adquirir el nuevo dispositivo. La inscripción es totalmente personalizada e individual, con lo que el proceso también está destinado a restringir la influencia de los revendedores, mercaderes independientes que, aprovechando la enorme demanda, compran de forma masiva el producto para posteriormente venderlo a mayor precio y cuyos números han arruinado grandes lanzamientos anteriores.
Garantizar la seguridad La introducción de este mecanismo ha evitado una repetición de la locura desatada el pasado mes de marzo, cuando se estrenó el «iPhone 4S» en la tienda principal de Apple en China, y que obligó a la compañía a suspender temporalmente el «stock» para garantizar la seguridad de sus clientes y empleados. El personal de la tienda Sanliutin Apple, establecida en Pekín, ha confirmado que las ventas del nuevo «iPad» seguirán siendo vía registro de forma indefinida. Los clientes pueden realizar su reserva desde las 9 de la mañana hasta las 12 de la noche, asignándoles una hora de recogida para el día siguiente. Todavía está por ver si este nuevo sistema repercutirá de algún modo en la facturación de la firma. Pero lo que nadie puede negar a Apple es la capacidad de adaptación desplegada a raiz de las malas experiencias pasadas.