Miles de personas salieron a las calles en varias ciudades del mundo para exigir que se tomen acciones urgentes sobre el cambio climático.
Manifestantes sostienen que, de no reducirse las emisiones de gases de efecto invernadero, el mundo experimentará más sequías, incendios forestales y tormentas. Las protestas tuvieron su punto culminante en Nueva York, Estados Unidos, donde participaron el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, celebridades, líderes empresariales y ecologistas.
La jornada de protesta se llevó a cabo dos días antes de la cumbre del clima en Nueva York, convocada la ONU. No hay un "planeta B" El encuentro busca dar impulso a la iniciativa de lograr un nuevo acuerdo internacional sobre el clima que sea firmado por todas las naciones a finales de 2015. Decenas de miles de personas llenaron las calles de Nueva York, en una ruta de tres kilómetros, en el punto culminante del día global de protesta contra el cambio climático.
Ban Ki-moon caminó al lado de la ministra del Medio Ambiente de Francia, Segolene Royal, así como del ex vicepresidente estadounidense Al Gore, quien ganó un Oscar por su documental "Una verdad inconveniente", que denunciaba el cambio climático.
Ban, quien recibió una petición con dos millones de firmas para exigir acciones contra el calentamiento global, declaró a los reporteros que "éste es el planeta donde vivirán las próximas generaciones" y agregó que "no hay un 'plan B', porque no tenemos un 'planeta B'". Marcando la diferencia Roger Harrabin, analista del Medio Ambiente de la BBC, comenta que estas nuevas protestas, que preceden a una conferencia más sobre el clima, podrían marcar una diferencia. Para empezar, las marchas sacaron más gente a las calles que nunca antes, gracias al poder de organización de la red social Avaaz.
Harrabin indica que las conversaciones sobre el clima también serán influenciadas por la tecnología, como se informó esta semana en el sentido de que el sol y el viento suelen generar energía a un costo tan barato como el gas, en lugar de los combustibles fósiles: el estado de Texas, EE.UU. El analista de la BBC señala que el secretario general de la ONU espera poder terminar con las interminables conversaciones sobre el clima que no hacen sino culpar a los vecinos.
El próximo año, líderes mundiales deben reunirse en París para llegar a un acuerdo basado no en negociaciones amargas sino en ofertas de cooperación para enfrentar un problema compartido. Sin duda, dice Harrabin, algunos países pequeños presentarán nuevas ideas en el esfuerzo de contracción de carbono, al hacer conciencia de la vulnerabilidad de sus propias economías en un mundo más caliente.
Pero otros grandes actores podrían continuar con el juego del póquer climático, guardando sus ofertas hasta ver qué más hay sobre la mesa, agrega. De modo que no hay garantías de que la propuesta de Ban funcione, pero al menos para los fatigados observadores de la política climática habrá un cambio, concluye el analista de la BBC. El encuentro de este martes en la sede de la ONU en Nueva York, con 125 jefes de estado y de gobierno, será el primero desde la fracasada conferencia sobre el clima realizada en Copenhague en 2009.