Teresa Morales contó que a la reunión de UCB asistieron "Carlos Mesa, con su asesor Ricardo Paz y Carlos Alarcón; Jerjes Justiniano, que representaba a Camacho, Samuel Doria Medina con Roberto Moscoso, Jorge Quiroga con Luis Vásquez, monseñor Eugenio Scarpellini, Unión Europea (León de la Torre) y yo no sé por qué estaba señor de la fundación Jubileo, Juan Carlos Núñez"
Teresa Morales, entonces directora de la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF), quien acompañó a la entonces dimisionaria presidenta de la Cámara de Senadores a la cita en la UCB, donde un día antes de la llegada al poder de Áñez ya se sabía quién iba a reemplazar al renunciante Evo Morales. Las Fuerzas Armadas ya habían retirado la banda presidencial y los símbolos de las bóvedas del Banco Central de Bolivia (BCB).
Habló fuerte Scarpellini (ahora fallecido); un par de veces le dijo a Adriana que quien presidía la reunión era él, no Adriana, relató ayer la exfuncionaria en una conversación posterior a la entrevista con Claudia Benavente, directora de La Razón, en la transmisión digital Piedra, papel y tinta.
La tarde del lunes 11 de noviembre de 2019, un día después de la renuncia de Morales obligada por una crisis política a raíz de las fallidas elecciones, un motín policial y la “sugerencia” de dimisión de las Fuerzas Armadas, Morales y Salvatierra llegaron a la UCB para asistir a la búsqueda de una solución al conflicto.
Habían ido solas, luego de sopesar en la residencia de la Embajada de México en La Paz, donde se acogía una treintena de exautoridades y militantes del Movimiento Al Socialismo (MAS), la necesidad de esa cita. “Adriana intentó ir con otras parlamentarias y nadie se animaba. Intentamos que los exministros la acompañaran, también nadie se animaba”, contó Morales.
“La verdad, no podía dejar sola a Adriana. Dije: ‘por último, yo voy pues; yo la acompaño’”. Morales había asistido a esa reunión, y del día siguiente, sin voz ni voto, “solo como guardaespaldas” de Salvatierra.
“Una llamada recibió Adriana (…). Ella nos pidió sentarnos y ver qué hacíamos; los que estábamos ahí decidíamos que valía la pena asistir y no podíamos eludir la importancia de la situación; había violencia en todo lado. Además, era convocada oficialmente por la Iglesia Católica y la Unión Europea”, dijo la exfuncionaria.
Aunque dijo que previamente hubo otras reuniones sin ellas ni algún representante del MAS (los delataron las tazas vacías de café y restos de galletas en la misma mesa), Morales contó que a la reunión asistieron “Carlos Mesa, con su asesor Ricardo Paz y Carlos Alarcón; Jerjes Justiniano, que representaba a Camacho; Samuel Doria Medina con Roberto Moscoso; Jorge Quiroga con Luis Vásquez; el monseñor Eugenio Scarpellini, la Unión Europea (con León de la Torre) y yo no sé por qué estaba este señor de la fundación Jubileo, Juan Carlos Núñez”.
Presidente del país entre 2003 y 2005, cuando renunció, Mesa había disputado la presidencia del Estado frente a Morales, del MAS, en las elecciones del 20 de octubre. Esa noche, su alianza Comunidad Ciudadana (CC) rozó la segunda vuelta, pero el parón de la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) despertó susceptibilidades en su candidato, quien denunció irregularidades, a la par de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Había llegado a cita de la UCB con esos antecedentes, aunque sin ninguna representación institucional. Sin embargo, fue con Alarcón, su abogado, y Vásquez, el asesor de Quiroga, fue quien se encargó de tramitar las consultas ante el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) una salida a la crisis sin consignar a una representación alterna a Morales en el MAS.
Otro hombre clave en la reunión extralegislativa fue Quiroga, presidente entre 2001 y 2003. Fue quien decidió la suerte de Evo Morales, que para entonces buscaba asilo político en el exterior pero estaba impedido de salir.
También resultó influyente Justiniano, posteriormente ministro de la Presidencia de Áñez. Asistía al encuentro en representación del entonces presidente del Comité pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, quien lideró semanas antes la revuelta popular. Y Doria Medina, de la alianza de minoría legislativa, Unidad Demócrata (UD), de la que era senadora Áñez.
Teresa Morales contó que la cita del 11 de noviembre era necesaria para el MAS debido al objetivo de hacer que el presidente dimisionario llegue sano y salvo a su destino, México.
Entonces, Salvatierra condicionó la presencia de ellas con la seguridad del exmandatario. “Tuto Quiroga dijo: ‘No hay problema, lo hacemos ahora mismo. Miró a todos, asintieron con la cabeza; principalmente, en el lenguaje no verbal, miraban a Jerjes Justiniano, y él inclinaba la cabeza; luego todos”, recordó Morales.
“Hicieron el ademán de aceptar; él agarró el celular y habló con el comandante de la FAB. Tuto Quiroga no era ni diputado ni senador, ni alcalde ni concejal, nada. Pero él agarra (el celular) y le da instrucciones al comandante de la FAB y le dice: Comandante, estamos aquí en una reunión y queremos pedirle que autorice el vuelo. Y el comandante le pregunta si va a viajar solo Evo Morales o está con Álvaro García y Gabriela Montaño. (Y Quiroga responde) que viaje con los que tenga que viajar; el vuelo está autorizado. Y colgó, y dijo: Bueno, Adriana, está autorizado el despegue y comencemos la reunión”, rememoró Morales.
Entonces, Salvatierra dijo que la reunión debe continuar una vez que se sepa del aterrizaje del expresidente Morales. Pero Quiroga pidió que se adelantaran los acuerdos para tenerlos listos cuando Morales llegue a México. La respuesta fue negativa y la reunión se postergó para el día siguiente, ante la desazón de los interlocutores de Morales y Salvatierra.
Morales contó que el ambiente de la cita era tenso. Así también lo habían sentido cuando llegaron a la UCB en el vehículo de De la Torre. Salvatierra se había fumado un cigarro y abierto el vidrio, a pesar del riesgo que implicaba eso ante la euforia de movilizados que buscaban a masistas. Al día siguiente, martes 12 de noviembre, volvieron a juntarse los asistentes a la reunión, siempre a convocatoria de la Iglesia Católica y la Unión Europea.
Morales contó que hubo otras reuniones previas sin ninguna presencia del MAS (dos reuniones en las que estuvieron otros más, entre ellos los embajadores de Brasil y Reino Unido). Fue a esas reuniones que alguna vez se refirió Waldo Albarracín, cuando dijo que había un acuerdo para resolver la sucesión presidencial “lo más cercana posible a la Constitución”.
Eligieron a Áñez, “Hubo reuniones previas en las que estuvo más gente; a Waldo Albarracín nunca lo vimos; estuvo más bien (Rodolfo) Villena, representando a Waldo, por el Conade (Comité Nacional de Defensa de la Democracia)”, dijo Morales en Piedra, papel y tinta.Ya en el encuentro con las dos militantes del MAS la disyuntiva fue una salida constitucional.
“Ninguno de ellos había sido parlamentario” y, por tanto, no sabían de procedimientos. “Hubo desinterés de ellos, no tenían ni un reglamento de la Cámara en la mesa; solo preguntaban a Adriana. No era una reunión-trabajo para buscar una salida auténticamente sobre la base que estaba escrito”, dijo Morales.
Habían llamado a Óscar Ortiz, senador de UD, y Susana Rivero, vicepresidenta de la Cámara de Senadores, para intentar sin éxito una lectura procedimental.
“Ninguna salida llevaba a lo que ellos querían, instalar un gobierno. Con toda claridad, Carlos Mesa le preguntó a Adriana ‘¿qué les parece que Jeanine Áñez fuera presidenta? Estaban sentados frente a frente, y Adriana les dijo: ‘Yo no entiendo por qué me preguntan si ya la señora Áñez se está moviendo en la cápsula presidencial; seguramente ustedes habrán decidido cosas’”, contó.
Es por eso que Salvatierra, Rivero y Morales decidieron dejar la reunión, para consultas con su bancada hasta el miércoles 13. “Nos paramos las tres, estábamos al frente de Doria Medina, y al pararnos, Doria Medina dice: ‘Apúrense en hacer las consultas porque si no lo hacen hasta tal hora, vamos a operar nuestro plan B’. Los miró a todos, todos asintieron”, recordó Morales.
Esa tarde-noche, 12 de noviembre, en sendos actos en la Cámara de Senadores y luego en el hemiciclo de la Asamblea Legislativa, Áñez se hizo titular del órgano camaral y se proclamó sucesora de Morales. Fueron actos de 11 minutos y 20 segundos, sin resolución, sin quórum y sin la bancada del MAS. “Implementaron su plan B porque se dieron cuenta de que nunca íbamos a avalar este procedimiento golpista”, afirmó Teresa Morales.