En Cochabamba, en esta jornada se presentó una denuncia en el Ministerio Público en contra del jesuita Jorge Vila Despujol, quien falleció en Barcelona, España, en 2012, y fue fundador de la Defensoría de la Niñez
Pancartas con mensajes como “Iglesia encubridora de curas violadores”, “A los niños no se toca”, “Ni confesión ni perdón, justicia”, “La verdad no prescribe”, “Iglesia encubridora es igual que violadora” y “Cárcel a los curas violadores” decenas de personas engrosaron la marcha que recorrió el centro paceño.
Activistas y autoconvocados salieron este jueves en marchas de protesta en las ciudades de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba en demanda de justicia y apoyo a las víctimas de pederastia por parte de sacerdotes de la Iglesia Católica como el extinto Alfonso Pedrajas.
De forma simbólica, la marcha en La Paz se concentró y partió desde la plaza Mayor de San Francisco, donde está, precisamente, la Iglesia de San Francisco. “¡No es falta de amor, es un cura violador!”, coreaban los movilizados mientas descendían por la avenida 16 de Julio, en el centro de la ciudad de La Paz.
Un de los movilizados explicó a Bolivia Tv que la protesta es en contra de los sacerdotes pederastas que “en nombre de Dios han hecho mucho daño a nuestros niños” en alusión a casos como el de Pedrajas, quien dejó escrito en su diario los abusos sexuales que cometió en contra de más de 85 menores de edad, la mayoría del colegio Juan XXIII de Cochabamba.
La marcha descendió por el Prado paceño y llegó hasta puertas de la iglesia María Auxiliadora, donde se organizó un mitin de protesta en contra de la jerarquía de la Iglesia Católica. Uno de los marchistas cuestionó que el arzobispo de Santa Cruz, René Leigue, calificara los abusos de sacerdotes como “errores”.
Tras ello, ya por la noche, los movilizados volvieron a su punto de inicio en la plaza Mayor de San Francisco y en la iglesia pegaron carteles y quemaron un muñeco que simbolizaba a un sacerdote.
“El mayor fracaso personal, sin duda, la pederastia”, confesó Pedrajas, apodado ‘Pica’, en su diario que su sobrino, Fernando, entregó al diario español El País y donde no solo confiesa los abusos sexuales que cometió, sino también quiénes lo sabían y no hicieron nada.
“Hice daño a mucha gente (¿85?), demasiada”, admite ‘Pica’ en parte de su diario, del que varios contenidos fueron publicados por el rotativo español el 30 de abril.
Para investigar estos delitos, el Gobierno nacional propuso la formación de una Comisión de la Verdad que estará integrada por representantes de los órganos Ejecutivo, Legislativo y Judicial, además de otras instituciones del Estado.
La propuesta está consignada en el proyecto de ley de lucha contra la impunidad de delitos sexuales contra infantes, niñas, niños y adolescentes, que, además, establece que son “imprescriptibles, tanto en la acción como en la pena” los delitos de abuso sexual y violación a menores de edad.
La revelación no solo llevó a la Compañía de Jesús a pedir perdón por su nulo accionar ante estos hechos, sino también motivaron a que varias víctimas de abuso sexual y violación, por parte de sacerdotes, cuenten su verdad en busca de justicia.
En Tarija, por ejemplo, el sacerdote Milton Murillo fue enviado a la cárcel con detención preventiva, por tres meses, acusado de delitos sexuales. En la misma región, el sacerdote Garvin Grech, notificado por abuso de menores, huyó del país vía Bermejo a Argentina, según reporte de Migración.
En Santa Cruz volvió a las portadas de los diarios el nombre del sacerdote jesuita Lucho Roma, quien -según la denuncia- durante su estadía en Charagua abusó de niñas indígenas. De esos hechos, que fueron denunciados por vez primera en 2019, el jesuita guardó varias fotografías.
En Cochabamba, en esta jornada se presentó una denuncia en el Ministerio Público en contra del jesuita Jorge Vila Despujol, quien falleció en Barcelona, España, en 2012, y fue fundador de la Defensoría de la Niñez.
En este nuevo caso se indica que Vila “habría realizado toques impúdicos” en una unidad educativa de la ciudad de Cochabamba a la persona denunciante cuando tenía sólo 13 años, a principios de la década de los 90.
Según la Compañía de Jesús, el sacerdote denunciado “colaboraba” en dicha institución educativa y fue también fundador de Defensa de Niños y Niñas Internacional en Bolivia (DNI-Bolivia).
Ante esta ola de denuncias, en Cochabamba también hubo protestas. Casi al terminar la tarde, de la zona de Cala Cala partió una masiva marcha hasta el centro de la capital cochabambina. En su recorrido hizo una parada en el Templo Santa Clara, donde pegaron carteles con mensajes de protestas por los actos de pederastia.
En Santa Cuz, la marcha estuvo protagonizada en su mayoría por mujeres. “La sotana no te da impunidad” y “No más falsos curas violadores” se leía en algunas de las pancartas que portaban las movilizadas que se reunieron en el atrio de la Catedral de la capital cruceña.