José Mujica entregó la banda presidencial a su sucesor, Tabaré Vásquez. La transmisión del mando se realizó al aire libre, ante una multitud reunida en la Plaza de la Independencia de Montevideo.
El presidente uruguayo recibió en el estrado a un grupo de alumnos de la escuela Yugoslavia, la misma donde asistió de niño el jefe de Estado. Tras el saludo de los alumnos, la fuerza militar rindió honores a Tabaré Vázquez, y luego el presidente recibió a cada uno de los mandatarios que viajaron a Montevideo.
Entre ellos estuvieron Michelle Bachelet (Chile), Horacio Cartes (Paraguay), Ollanta Humala (Perú), Rafael Correa (Ecuador), y el ex rey de España Juan Carlos. Juramento ante el Parlamento Cerca de las 10, hora local, Tabaré Vázquez juró como presidente ante el Parlamento, donde dio un breve discurso. "Yo Tabaré Vázquez me comprometo por mi honor a desempeñar lealmente el cargo que se me ha confiado y a guardar y defender la Constitución de la República".
Durante su alocución, el jefe de Estado, que comienza su segunda mandato (el primero fue entre 2005 y 2010), realizó un recorrido por la historia uruguaya e hizo énfasis en "el legado artiguista". "(José) Artigas era un celoso defensor de los derechos del pueblo.
La libertad y la igualdad las sustentaba con la justicia", apuntó Tabaré. Y aseguró: "Me comprometo a proclamar, difundir y honrar en todo momento esos principios y valores". El mandatario celebró "los 30 años ininterrumpidos de democracia", pero remarcó que "pocas veces la humanidad se vio tan vapuleada como en este momento". En esa línea, señaló que "la violencia, el miedo y la intolerancia campean en distintas regiones de nuestro planeta".
Y fustigó las muertes violentas, las exclusiones, el hambre crónica y "los conflictos bélicos que parecen no concluir nunca". Pero el presidente uruguayo también reconoció que en estos tiempos "hay signos positivos". "No son pocos los que trabajan por los derechos humanos, los que se preocupan por los pobres e indigentes, y los que militan por el medio ambiente".