El actor mexicano Gael García Bernal, fué premiado en el Festival de Cine de Locarno por su trayectoria cinematográfica.
“Me gusta el hecho de la diferencia, de ser capaz de ser distinto a lo establecido. Es algo que me gusta, me gusta esa sensación. Es la razón por la que me hice actor, para salirme con la mía en todo, para disfrazarme como quisiera, y eso es solo el principio”, dijo García Bernal ante el público que asiste al Foro del Festival. “Nunca pensé que fuera a estar aquí, nunca. Nunca pensé que fuera a hacer películas, nunca me pareció plausible que fuera a trabajar en el cine, en México o fuera de México”, explicó el protagonista de de “Amores perros” o “La mala educación”, que iba para médico, pero varió el rumbo al comenzar a actuar con grupos de aficionados.
“Siempre me pareció que iba a ser muy ‘cool’ que alguien me invitara a ir de fiesta un viernes por la noche y yo le contestara que tenía que actuar. Iba a ser un médico que hacía teatro amateur. Me gustaba esa idea. No iba a ser un actor profesional, pero acabé siéndolo. Lo que no puedo ahora ser es un médico amateur”, afirmó. El actor, galardonado con el premio ala Excelencia, se ganó a los aficionados con desparpajo y simpatía, explicando el origen de su vocación y como se implicó en “No”, la cinta de Pablo Larraín que revive los días previos al plebiscito del 5 de octubre de 1988, que supuso la salida del poder del general Augusto Pinochet en Chile.
García Bernal encarna a René Saavedra, un hijo de exiliados chilenos sin interés por la política, pero que termina encabezando la campaña publicitaria por el “No” a Pinochet, una historia que el público de Locarno pudo ver en la gran pantalla de la Piazza Grande. “Chile, la alegría ya viene” fue el lema que se convirtió en uno de los mayores éxitos de la historia de la propaganda política, en unos acontecimientos que fascinaron a García Bernal desde que el director chileno le propuso participar en esta película. “No sabía la parte importante que tuvo la propaganda en la campaña para derribar Pinochet. Es algo sobre lo que no tenía ni idea”, dijo el actor, que rindió homenaje a los políticos y activistas que consiguieron impulsarla partiendo desde cero.
“Lo hicieron con muy pocos recursos, sin dinero en absoluto, y a escondidas. Mucha gente arriesgaba sus trabajos, e incluso sus vidas. Fue parte del trabajo que hicieron los chilenos para derribar a Pinochet”, recordó García Bernal. También recordó el momento en el que Larraín se dirigió a él y la satisfacción que le produjo que le propusiera un papel en “No”, después de haber visto “Tony Manero”, otra cinta del realizador. “Fue una noticia fantástica para mi. Me encanta este director y quería trabajar con él. Le conocí durante un rodaje en Bolivia y nos emborrachamos juntos, algo que es muy importante si te vas a la cama con alguien”, comentó entre risas. “Hacer una película es algo parecido a esto. Ya sé que es obsceno, pero es como casarse con alguien, pero sin anillo. Tienes que conocer a esa persona, y a mi lo que al final del día me convence para hacer una película es el director”, afirmó.