Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús nació en Madrid (España) el 10 de enero de 1889 y murió en Buenos Aires (Argentina) el 6 de julio de 1943.
Papa Francisco firmó en la tarde del 26 de enero, durante la audiencia que concedió al Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el decreto que reconocía el milagro atribuido a la intercesión de la Beata Nazaria, así como los milagros atribuidos a 3 venerables, el martirio de 20 personas y las virtudes heroicas de 2 siervos de Dios.
Nazaria Ignacia March Mesa nació el 10 de enero de 1889, en Madrid, España. Por motivos económicos, su familia se trasladó a México e ingresó a la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en 1908.
1912 fue destinada a Oruro, Bolivia y, durante más de 12 años, se dedicó al cuidado de los ancianos, años más tarde, Nazaria salió de la congregación y, con el beneplácito de los Obispos de Oruro y La Paz, fundó la Congregación religiosa diocesana de las Hermanas Misioneras de la Cruzada Pontificia, instituto religioso que se erigió canónicamente el 12 de febrero de 1927.
En Bolivia la congregación orientó su trabajo a la dignidad y derechos de las mujeres pobres y la promoción de la educación.
“Quiero levantar a Bolivia de su postración, no quiero solo pan para sus pobres, ni repartir limosnas que se recogen de la caridad, sino elevar la dignidad de este pueblo, enseñándole a trabajar, procurándole trabajo digno, haciéndole sentir que en las manos de todos, y de cada uno, está el participar de la belleza, de la armonía, la dulzura y la felicidad de sentirse hijo de Dios”, decía Beata Nazaria.
Sobre su misión, la Beata señalaba también que consiste en “hacer conocer al hombre el mensaje de Dios que le ama. Para esto es menester ir al hombre, bajar a su nivel, para desde él, tomarlo y llevarlo a Dios, a Jesucristo nuestro Señor. Si, estamos perdiendo lastimosamente el tiempo si no bajamos a la calle... a eso nos empuja nuestra vocación de acción social”.
En 1908, ingresó en las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de México, hasta donde se había trasladado con su familia por motivos económicos, y en 1912 fue destinada a Oruro, en Bolivia, donde se dedicó durante 12 años al cuidado de los ancianos. El 16 de junio de 1925, dejó las Hermanitas para fundar la congregación, y en febrero de 1927 se declaró erigida canónicamente la Congregación religiosa diocesana de las Hermanas Misioneras de la Cruzada Pontificia.
Desde la fundación de la orden, el trabajo de Nazaria Ignacia y de las primeras misioneras fue incansable y se desarrolló sobre todo en la periferia de Oruro y en las zonas mineras rurales. Una de las hazañas de la española fue organizar en 1933 a las mujeres de los mercados y comercios orureños para formar el que fue el primer sindicato obrero femenino de Bolivia.
Desempeñó una labor misionera en países como Bolivia, Uruguay, España y Argentina, donde falleció en 1943. Fue en junio de 1947, cuatro años después de la muerte de Nazaria Ignacia, cuando el Instituto recibió la aprobación definitiva de las Constituciones y el nombre de Misioneras Cruzadas de la Iglesia.
Sus restos fueron trasladados a Oruro en 1972 y desde entonces permanecen en esa ciudad boliviana, como lo pidió Nazaria Ignacia antes de morir. 27 de septiembre de 1992, la religiosa fue beatificada por San Juan Pablo II en Roma, y se decidió que su fiesta se celebraría el 6 de julio de cada año.
Misioneras Cruzadas de la Iglesia se encuentran en 21 países y continúan su acción social con las mujeres pobres a través de talleres de promoción y capacitación; la educación, el trabajo en cárceles y comedores populares.