América del Sur se verá afectada por la baja en los precios de los productos básicos y por las restricciones al espacio que la política doméstica tiene para apuntalar la actividad
Bajo crecimiento de la economía y del comercio mundial llevó a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) a rebajar, de 1,3 a 1,2 por ciento, su previsión para el crecimiento económico de la región en 2023.
"Adicionalmente, a las alzas experimentadas por las tasas de interés a nivel mundial se agregaron las turbulencias financieras observadas a comienzos de marzo, lo que ha acentuado la incertidumbre y volatilidad de los mercados financieros", indicó una actualización de sus proyecciones divulgada por la Cepal este jueves 20.
De modo que, "aunque se han desacelerado las presiones inflacionarias, cabe esperar que las tasas de política monetaria permanezcan altas a lo largo del 2023 en las principales economías desarrolladas", indicó el organismo.
Los efectos de las políticas restrictivas sobre el consumo privado y la inversión se harán sentir con más fuerza este año, y no es de esperar que se generalice todavía un ciclo de relajamiento monetario en la región.
Es en parte consecuencia de la reciente volatilidad financiera global, evidenciada a partir de los problemas en la banca de países desarrollados, y también debido a que la inflación regional permanecería en niveles todavía elevados en comparación con los vigentes antes de la pandemia.
En lo fiscal, las autoridades cuentan con poco margen de maniobra en tanto permanecen altos los niveles de deuda pública.
En un contexto de altas demandas por gasto público, se requerirán medidas para fortalecer la sostenibilidad y ampliar el espacio fiscal mediante el fortalecimiento de la capacidad recaudatoria y redistributiva de la política tributaria, una propuesta en la que ha insistido la Cepal desde que se desató la pandemia covid-19.
En ese contexto, todas las subregiones evidenciarán menor crecimiento en 2023, en comparación con 2022.
América del Sur crecerá solo 0,6 % en 2023 (3,8 % en 2022), el grupo conformado por América Central y México lo hará en dos por ciento (3,5 % en 2022) y el Caribe (excluida Guyana, beneficiaria de un boom de inversiones y producción petrolera) crecerá 3,5 %, en comparación con 5,8 % en 2022.
América del Sur se verá afectada por la baja en los precios de los productos básicos y por las restricciones al espacio que la política doméstica tiene para apuntalar la actividad. La alta inflación ha impactado los ingresos reales y está teniendo efectos sobre el consumo privado y la inversión en los países.
Dos naciones verían decrecer su economía: Argentina -2,0 y Chile -0,3 %, en tanto los restantes sudamericanos crecerían: Venezuela cinco por ciento (segundo año de "rebote" del producto interno bruto, tras ocho años de recesión), Paraguay 4,2 %, y Bolivia, Ecuador, Perú y Uruguay dos por ciento cada uno.
El crecimiento de Colombia sería de 1,2 % y el de Brasil 0,8 %.
En las economías del Caribe la desaceleración esperada en 2023 se debe principalmente a que la inflación ha impactado tanto los ingresos reales, y con ello el consumo, como los costos de producción, con un efecto negativo en la competitividad de las exportaciones tanto de bienes como de turismo.
Lejos de la excepcionalidad de Guyana (37,2 %) se sitúan Antigua y Barbuda (9,5 %), Granada (5,0), San Cristóbal Nieves (4,5), Bahamas (4,3), Barbados (4,0), Belice y Dominica (3,5) y San Vicente y las Granadinas (3,4 %).
Los dos Estrados más grandes del conjunto insular de habla inglesa, Jamaica y Trinidad y Tobago, crecerán 2,5 y 3,2 %, respectivamente, mientras que en tierra firme Suriname tendrá un crecimiento de 2,3 %.
Para las economías de América Central y México, si bien el crecimiento de este año representa una desaceleración respecto a 2022, Cepal hizo algunos ajustes al alza, tras revisar en ese sentido el crecimiento de Estados Unidos, principal socio comercial y primera fuente de remesas de sus países.
Además, los menores precios de la energía previstos para este año en comparación con 2022 actuarían a favor, pues varios países son importadores netos de energéticos.
Los mejores desempeños se prevén para República Dominicana y Panamá, con 4,6 %, seguidas de Guatemala (3,2), Honduras (3,0), Costa Rica (2,7), Nicaragua (2,3), Cuba y México (1,5), en tanto el crecimiento nuevamente será negativo en Haití (-0,7 %), azotado por una cascada de crisis, social, humanitaria, política y de seguridad.
En general en la región, junto a los riesgos financieros, persiste la incertidumbre por los efectos de una prolongación de la guerra en Ucrania, así como por el aumento en la fragmentación geoeconómica sobre el crecimiento económico, los precios de las materias primas y el comercio mundial, concluye el reporte de la Cepal.