"No son errores o desviaciones de conducta, son delitos que dañan de por vida a niñas y niños, y que también dañan a la Iglesia, y por esa misma razón, debe pasarse de estos pronunciamientos a acciones concretas, para que haya justicia.." afirmó la autoridad
Mediante una carta, el presidente Luis Arce le pidió al papa Francisco acceso de la Justicia a los archivos de casos de pederastia cometidos en Bolivia y le anunció que el Estado Plurinacional se reservará el derecho de admisión de nuevos sacerdotes, mientras se elabore un nuevo acuerdo de relacionamiento con la Santa Sede.
“Sabedores que la Iglesia Católica, bajo su conducción, ha realizado investigaciones sobre hechos de abuso sexual a niñas, niños y adolescentes en diferentes latitudes del mundo, que tienen identificados casos y presuntos autores, pido a usted que la Justicia boliviana pueda acceder a todos los archivos, expedientes e información referente a estas denuncias y hechos de abuso sexuales cometidos por sacerdotes y religiosos católicos en territorio boliviano”, cita parte de la carta leída por la ministra de la Presidencia, María Nela Prada.
Arce se declaró “consternado e indignado” por los abusos sexuales cometidos por religiosos y que se revelan en Bolivia desde que el diario El País hiciera público el diario del extinto jesuita Alfonso Pedrajas, donde confesó haber abusado sexualmente de al menos 85 menores y adolescentes, la mayoría en el Colegio Juan XXIII de Cochabamba. Arce destacó que “muchos sacerdotes de la Iglesia Católica han cumplido y cumplen importantes tareas junto al pueblo por la justicia social”.
“Como líder de la Iglesia Católica y hombre de fe, sé que comparte mi indignación y dolor por todo lo conocido, también la preocupación por estos delitos que se cometen contra la niñez y adolescencia; por ello estamos seguros de que su compromiso indeclinable con la justicia hará que la verdad prevalezca”, afirmó Arce en la misiva fechada este 22 de mayo.
En otra parte de la misiva, calificó los hechos de “delitos deplorables y aberrantes” y denunció que “fueron ocultos durante años, tiempo que transcurrió en aparente normalidad por el silencio cómplice de la estructura eclesial local, que encubrió los mismos con una inaceptable indiferencia e indolencia”.
“Varias víctimas rompieron el silencio y han iniciado acciones legales reclamando justicia. Al momento de escribir esta nota, ya se tienen investigaciones judiciales en curso por los delitos sexuales contra nuestra niñez y adolescencia por parte de estos sacerdotes católicos, algunos ya fallecidos y otros que deben responder ante la justicia boliviana; así como también los que han encubierto estos gravísimos delitos contra quienes más necesitan de nuestro amor, atención y cuidado; las niñas y niños”, afirmó en un recuento breve del caso que consterna a la sociedad boliviana.
Pedrajas no fue el único que había abusado de menores de edad. Al jesuita, fallecido en 2009, se sumaron denuncias en contra de Luis Roma Padrosa (+), Luis Mestre (+), Antonio Gausset, Francesc Peris y Carlos Villamil. Todos estuvieron vinculados al colegio Juan XXIII, donde ocurrió la mayoría de las vejaciones de Pedrajas.
El procurador general del Estado, Wilfredo Chávez, informó que hasta el 18 de mayo se sumaron “23 los nombres de sacerdotes implicados en la pederastia en el país, donde hay violaciones incluso a niños pequeños de entre 6 y 12 años de edad”.
“No son errores o desviaciones de conducta, son delitos que dañan de por vida a niñas y niños, y que también dañan a la Iglesia, y por esa misma razón, debe pasarse de estos pronunciamientos a acciones concretas, para que haya justicia y que estos gravísimos delitos no vuelvan a cometerse, utilizando la fe y a la Iglesia en búsqueda de impunidad”, reclamó en alusión a religiosos como el arzobispo de Santa Cruz René Leigue que calificó de “errores” lo ocurrido.
Parafraseando al sumo Pontífice, Arce recordó que los abusos sexuales a niñas, niños y adolescentes “representan ‘la cancelación de la infancia’ y una ‘llaga’ para la sociedad y la Iglesia, atentan contra la integridad, la dignidad, los derechos y la vida de los seres que más debemos proteger, y, constituyen gravísimos delitos que no pueden quedar impunes”.
En la misiva también le informa que su administración asumió las medidas necesarias para evitar la impunidad de los responsables, “hacer justicia a las víctimas e impedir futuros hechos similares realizados al amparo, silencio y protección de algunos poderes sin conciencia religiosa ni humana”.
En ese sentido, le hizo conocer del anteproyecto de ley contra la impunidad de delitos sexuales contra infantes, niñas, niños y adolescentes que establece la imprescriptibilidad de estos delitos, aumenta la pena para quienes los encubren, además de prever la creación de una Comisión de la Verdad para el esclarecimiento de estos delitos.
También le solicita al papa Francisco “la revisión conjunta, con nuestro Gobierno Nacional, de los antecedentes de los sacerdotes católicos extranjeros que actualmente se encuentran en el Estado Plurinacional de Bolivia, pues ningún sacerdote con antecedentes de abusos sexuales contra la niñez y adolescencia debe estar desempeñándose como educador o guía espiritual en nuestro país”.
Le comunicó que, desde el Gobierno, se trabaja en mecanismos de fortalecimiento del control y revisión de los antecedentes personales para el ingreso a territorio boliviano de nuevos sacerdotes y religiosos católicos extranjeros; esto como una forma de evitar que se repitan estos delitos lamentables acontecidos contra niñas, niños y adolescentes desde hace tantos años.
“El Estado boliviano se reserva el derecho de admitir el ingreso de nuevos sacerdotes y religiosos extranjeros a territorio nacional que tengan estos antecedentes de abuso sexual contra menores, entretanto se proceda con la revisión de los acuerdos y convenios vigentes, y se concluya la negociación del ‘Acuerdo entre el Estado Plurinacional de Bolivia y la Santa Sede’ que, además, deberá incluir recaudos para que no se repitan los hechos que motivan esta nota”, enfatizó Arce.
Le pidió, además, “unir esfuerzos en todos los ámbitos para proteger a nuestra niñez, desde todas las instancias llamadas por ley a nivel gubernamental, pero también desde las instituciones religiosas, más aún cuando existen muchas bolivianas y bolivianos que profesan la fe católica, y que por lo tanto confían la educación de sus hijas e hijos a miembros de la Iglesia, y por sacerdotes involucrados en delitos sexuales se daña gravemente esa misión.