El presidente Barack Obama obtuvo una cómoda reelección el martes al ganar casi todos los estados claves y afirmó que “para Estados Unidos lo mejor está aún por venir”, tras ser recibido por una multitud en delirio en su cuartel general de campaña en Chicago.
Primer presidente negro de Estados Unidos y el segundo demócrata reelecto después de a sengunda guerra mundial, Obama, de 51 años, felicitó a su contrincante republicano, el ex gobernador Mitt Romney, “por una campaña disputada duramente” y se declaró dispuesto a hablar con él “para llevar al país adelante”. Ante unos decepcionados seguidores en Boston, Massachusetts, donde fue gobernador, Romney, de 65 años, reconoció su derrota y dijo que había llamado a Obama para felicitarlo.
“Este es un momento de grandes desafíos para América y rezo para que el presidente tenga éxito guiando a nuestra nación”, dijo el exitoso empresario en unas breves palabras, tras lo cual se retiró de la tarima del centro de convenciones acompañado de su familia y de su compañero de fórmula, el aspirante a la vicepresidencia Paul Ryan. En un emotivo discurso, Obama dijo que “nunca estuvo más esperanzado” sobre Estados Unidos y reafirmó el sueño americano para los estadounidenses de todas las clases sociales, inmigrantes, minorías y homosexuales. La dura pelea entre Obama y Romney arrancó muy pareja al inicio de la velada electoral y el suspenso solo se acabó la noche del martes, cuando las principales televisoras anunciaron el triunfo de Obama en la gran mayoría de los estados claves.
Obama, quien llegó a la presidencia en 2008 enarbolando un lema de esperanza y cambio, ganó en estados estratégicos como Virginia, New Hampshire, Pensilvania, Michigan, Wisconsin, pero sobre todo logró ganar el decisivo Ohio, que terminó de inclinar la balanza a su favor. Obama logró lo impensado: nunca desde 1930 había sido reelecto un presidente con una tasa de desempleo mayor al 7.2 por ciento. Pero ahora el mandatario tiene por delante un catálogo de enormes retos, empezando por la necesidad de enterrar totalmente la crisis económica, resolver el déficit fiscal, lograr la instauración de su gran reforma sanitaria y retirar a las tropas de Afganistán en 2014.
El voto hispano, el afroamericano, el voto de las mujeres y de los jóvenes volvió a ser decisivo en la contienda, y le permitió ganar con apretadamente el voto popular frente a Romney. La clave fue el peculiar sistema indirecto de elección, en el que los estados eligen delegados al Colegio Electoral, donde se requieren 270 votos de sus 538 integrantes para ser elegido presidente. Obama obtenía hasta la madrugada del miércoles 303. La participación electoral batió récords, según todas las estimaciones. Los republicanos conservaron en cambio su mayoría en la Cámara de Representantes, que renovó sus 435 escaños.
En el Senado, donde estaban en juego un tercio de los escaños, los demócratas también parecen por ahora bien encaminados para mantener su corta mayoría de 53 escaños.La elección presidencial fue el acontecimiento más tuiteado en la historia del país: más de 20 millones de mensajes enviados desde el principio de la jornada. Tanto Obama y Romney presentaron esta elección como decisiva para el rumbo del país. Mientras Obama pidió cuatro años más para continuar reavivando la economía del país, Romney, que dio un giro moderado en los últimos días a su mensaje conservador, intentó frustrar esos planes con una agenda arriesgada, centrada en los recortes generalizados de impuestos y del gasto público.
Unos 12.2 millones de hispanos, la primera minoría de Estados Unidos con más de 50 millones de integrantes, podrían haber votado, lo que significaría un nuevo récord de participación tras los comicios de 2008, en la que dos tercios optaron por Obama. Más de 30 millones de estadounidenses ya habían votado anticipadammente antes de esta jornada. Obama logró su victoria en el mismo día en que se cumplen 152 años de la elección de uno de sus ídolos, Abraham Lincoln (1861-1865), victorioso en la guerra civil y liberador de los esclavos.