Hong Kong, acaba de ser catalogada como la ciudad más cara del mundo para los expatriados; es decir, para las personas que dejaron sus países para trabajar allí temporalmente, según un estudio publicado por la firma internacional Mercer.
Los productos más costosos se encuentra una taza de café, que vale casi $us 8 y un litro de leche más de $us 4, pero lo que eleva su costo principalmente son los gastos de alojamiento, señala el informe. Luanda, capital de Angola, bajó al segundo lugar tras ocupar en la gestión pasada el peldaño más alto de la clasificación.
Por su parte, la ciudad suiza de Zúrich, repite en tercera posición. Singapur se ubicó en el cuarto lugar, seguida por Tokio, que escaló seis posiciones con respecto al año pasado, cuando se situó en el undécimo sitio. Kinsasa, capital de la República Democrática del Congo, remontó siete posiciones con respecto a 2015 y está en el sexto puesto.
Shanghai bajó del sexto lugar al séptimo, y Yamena, en Chad, avanzó un peldaño, del décimo al noveno sitio. El top ten lo completa otra ubre asiática: Pekín, que cayó tres puestos, de la séptima a la décima posición. En el extremo opuesto triunfa las ciudad africana de Windhoek, en Namibia, seguida por la sudafricana Ciudad del Cabo.
Buenos Aires, en el lugar 41, es la ciudad más cara de América Latina, mientras que Managua (192), en Nicaragua, es el lugar menos caro de la región.
La lista, que incluye 209 ciudades repartidas por los cincos continentes, tiene el objetivo de ayudar a las empresas a fijar sueldos y compensaciones en función del lugar al que envíen a sus empleados a trabajar. Sus resultados se extrapolan a partir del coste comparativo de más de 200 artículos en cada urbe, como alojamiento, comida o ropa.