El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, afirmó a cien días de la inauguración del Mundial de Fútbol Brasil 2014, que se debe pesar ahora en soluciones para acelerar la entrega de las obras y no hablar sobre los problemas.
"Con cien días restantes no se habla de problemas y sí de soluciones. Es verdad que todavía tenemos tres estadios para entregar, como los de Sao Paulo y Curitiba que probablemente estarán listos sólo el 15 de mayo", señaló Valcke en una entrevista concedida al diario deportivo brasileño Lance.
El francés confía en que "todo esté listo para el puntapié inicial", el próximo 12 de junio en el estadio Arena de Sao Paulo, cuando Brasil y Croacia, por el grupo A, abrirán el telón del Mundial, y destacó el "entusiasmo" de las doce ciudades para recibir el torneo. Sobre el balance, a poco más de tres meses del torneo, Valcke aseveró: "puedo decir con seguridad que no una Copa fácil".
"Estamos trabajando con plazos muy cortos. Pero tenemos un compromiso con la presidenta Dilma (Rousseff) y con todas las ciudades para que todo esté en orden para el Mundial". A pesar de los atrasos, Valcke descartó que la demora comprometa la "seguridad" e impacte directamente la realización del torneo, aprobado en una reciente encuesta por el 58 % de los brasileños. Brasil "es un país democrático y de 200 millones de habitantes.
En Londres, pocos meses antes de los Juegos Olímpicos de 2012, la aprobación era sólo del 49 %", menos de la mitad, apuntó el secretario de la FIFA. En los referente a las protestas populares que se intensificaron en junio en plena Copa de las Confederaciones, en las que muchas de las manifestaciones exigían salud y educación con "modelo FIFA", Valcke comentó que los "parámetros" exigidos por el organismo rector del fútbol mundial "son altos".
Valcke comparó que lo que fue invertido en educación y salud desde 2007, cuando Brasil fue escogido como sede del Mundial, frente al costo de los estadios. Según el secretario de la FIFA, los estadios costaron unos 8.000 millones de reales (unos 3.411 millones de dólares), mientras que la educación y la salud recibieron desde 2007 unos 700.000 millones de reales (unos 298.507 millones de dólares).
Recordó, igualmente, que la inversión para el Mundial fue a través de un crédito del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) "con préstamos que serán integralmente pagados, con corrección de intereses, por los operadores de los estadios". De igual manera, Valcke citó el "legado" para el fútbol brasileño que dejará el Mundial a través de los equipos tecnológicos que se quedarán en el país, el entrenamiento de personal y la remodelación de estadios y centros de entrenamiento.