La Paz y El Alto son las ciudades con mayor cantidad de delitos de trata y tráfico de seres humanos, mientras que Santa Cruz es la región donde se presenta mayor explotación laboral y sexual, además de ser el puente que utilizan las redes para sacar a bolivianos fuera del país.
La Fiscalía General realizó un taller con periodistas de Sucre para explicarles la labor que se realiza y la problemática de esta actividad. Según los datos, el número de casos de trata y tráfico de personas se incrementó entre las gestiones 2010 a junio de 2012, registrándose en las nueve fiscalías del país un total de 617 casos relacionados con esta tipología delictiva. En 2010, se registró un total de 260 casos de Trata de Seres Humanos, de Migrantes y de Personas; en 2011 un total de 226 casos; y sólo en el primer semestre del año ya se tiene registrado un total de 131 casos. Esa información corresponde a las nueve ciudades capitales incluyendo El Alto.
Tomando en cuenta la clasificación de los tres delitos, sólo en la mitad del año, en Santa Cruz hay 32 denuncias, en la sede de gobierno 20, en El Alto 28, luego le sigue Cochabamba con 14, Potosí al igual que Tarija con 6, Trinidad 5, Cobija con 4 y Sucre con 1 y Oruro no presentó casos. Según la coordinadora nacional de Delitos Sexuales, Trata y Tráfico de Personas y Violencia en razón de Género, Fabiola Tito, estas cifras son consideradas elevadas y se deben a dos factores. El primero es porque el Ministerio Público, a través de sus unidades especializadas, actúa de oficio. Un segundo factor se debe a que todos los casos de personas desaparecidas ahora se abren bajo el delito de trata de personas.
En ese marco, se realizaron operativos con la Policía para desbaratar varias redes criminales que se dedican a esta actividad como es la comercialización de personas. Los grupos de mayor vulnerabilidad son los niños y niñas adolescentes y mujeres, quienes sufren explotación laboral, prostitución e, incluso, la venta ilegal de sus órganos. El director de Gestión Fiscal, José Manuel Gutiérrez, considera que los movimientos migratorios se dan a lugares de mayor desarrollo económico, es el caso de Santa Cruz, en Bolivia; Buenos Aires, en Argentina; y San Pablo, en Brasil. “Esas ciudades se convierten en polos de atracción para temas ilícitos, donde se genera más dinero y donde funcionan organizaciones del crimen”.