Usaba sótana y se hacía llamar “padre” como cualquier cura católilco. Daba misas, tomaba confesión, oficiaba en funerales y bautismos.
La Policía de Los Ángeles (LAPD) dice que todo era una farsa orquestada por Erwin Mena, un hombre de 59 años que fue arrestado el martes bajo cargos de defrauder a feligreses por miles de dólares. Mena, residente de Elysian Park, enfrenta 22 cargos de perjurio y robo mayor después que los investigadores encontraron su estratagema de vender boletos falsos para ir a ver al Papa Francisco durante su visita a Philadelphia el año pasado.
También lo acusan de practicar medicina sin una licencia y presentar una licencia falsa de matrimonio. La investigación se dio luego que la Arquidiócesis de Los Ángeles contactó al LAPD en junio de 2015 para reportar que varios feligreses habían sido defraudados por Mena. Según las autoridades, Mena había asumido esta identidad falsa desde mediados de los años 90 y durante este tiempo visitó numerosas iglesias del área de Los Ángeles, donde se presentaba como cura católico.
Ahí solicitaba donativos en nombre de la iglesia, pero se embolsaba el dinero. “Estamos agradecidos con el Departamento de Policía de Los Ángeles por trabajar para asegurar que Erwin Mena sea llevado ante la justicia”, indica un comunicado de la Arquidiócesis de Los Ángeles.
“Nuestras plegarias están con todas las víctimas de este fraude”. Según la Fiscalía del Distrito del condado de Los Ángeles, Mena es sospechoso de defraudar a feligreses en la iglesia Saint Bernard de Glassell Park y Saint Ignatius of Loyola en Highland Park vendiéndoles boletos para una peregrinación a ver al Papa Francisco cuando visitó Estados Unidos en septiembre pasado.
Los fiscales dicen que él nunca hizo tales arreglos y que el viaje nunca se realizó. Se estima que las pérdidas del fraude ascenderían a $53,000 dólares, según las autoridades. De ser encontrado culpable de los cargos, Mena enfrenta un máximo de 21 años en prisión estatal. Los feligreses como Juanita de la Cruz, feligrés de la iglesia Saint Bernard en Glasell Park, dijo que jamás vio al sacerdote acusado pero no duda en pedir un castigo para él, si se comprueban los alegatos.
“Está mal lo que hizo, merece un castigo porque mucha gente por la religión hace las cosas”, dijo refiriéndose a que la posición del ministro le habría permitido el fraude.
El hijo de De la Cruz es un seminarista que aspira a convertirse en cura, pero esta mujer subraya que los sacerdotes deben actuar correctamente. “No por ser padre se le debe permitir eso”, comentó. Rosalba Benítez tampoco vio al sacerdote acusado, pero cree que la promesa de ver al Papa Francisco le habría permitido engañar a los fieles. “Hasta yo le hubiera comprado un boleto si me lo vende, ese Papa es muy carismático”, dijo.