Arranca el décimo mes del año. Y durante los primeros días, Erick Valverde (38), comerciante por vocación, simula ser una calculadora que suma, resta y divide para que los Bs 4.200 que recibe de sueldo por trabajar en una firma inmobiliaria paguen las necesidades básicas -y otras inventadas- que tiene él y su esposa.
Los primeros billetes que Valverde debita del banco los destina -forzosamente- para cumplir con el banco. Se prestó $us 20.000 para construir dos cuartos en una esquina del lote de sus padres y por 20 años debe pagar una cuota mensual de unos $us 150.
Al igual que Valverde, 44 de cada 100 hogares en Bolivia tienen al menos un miembro de la familia con una deuda que la paga mes a mes. Así lo confirma el informe que emitió la firma de investigación de mercado Kantar Worldpanel (KW), en el estudio Road Trip Latam 2016, que evalúa nueve economías entre las que se encuentra Bolivia.
KW realiza este informe de Bolivia a través de un panel permanente que mide las compras semanales en más de 1.000 hogares de La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz. De acuerdo con los cuadros de KW, esta cifra representa un crecimiento de un 11% con respecto al 2013, cuando en Bolivia 33 de cada 100 hogares contrajeron una deuda.
El promedio de familias endeudadas en Latinoamérica, según el estudio, es de 55 por cada 100 hogares; unos 7 hogares más que la cifra registrada en 2013. Colombia se lleva el ‘oro’ como país con hogares más endeudados en 2016 (67 de cada 100), seguido de Ecuador (66), Chile (64), Argentina (61), Perú (60), Brasil (55), México (49), Bolivia (44) y Venezuela (23). Viviendas y vehículos Y ¿para qué se endeudan los bolivianos? ¿Qué es lo que más compran?
El estudio de KW identifica que en el país, el mayor porcentaje de la población se presta dinero para construir, comprar o remodelar una vivienda; en segundo lugar para adquirir un vehículo, principalmente de una casa comercial, tercero para comprar electrodomésticos y por último, para educación.
“Somos muy tradicionales en la forma de endeudarnos”, asegura Alberto Canedo, ejecutivo comercial de KW. En Brasil, por ejemplo, la mayoría de las familias se endeuda pensando en emergencias e imprevistos para el futuro; en Argentina, para arreglos en casa; en Perú, para cursos y educación; y en Bolivia, para vivienda. Javier Arze, gerente general de la Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz), indicó que de las más de 200 empresas afiliadas a esta entidad, al menos una decena está ingresando y especializándose en la construcción de casas.
Arze sostuvo que los constructores están diversificando sus trabajos en dos nichos de mercado: por un lado, la edificación de viviendas con un precio menor a los $us 120.000, gestada por inversionistas privados, y por otro lado, los proyectos que gesta la Agencia Estatal de Vivienda.
“Hay un mercado interesante que está exigiendo al constructor ser más eficiente en los tiempos, en los sistemas y para eso requiere de tecnologías”, indicó el directivo. Víctor Hugo Figueroa, expresidente del Colegio de Economistas de Bolivia, aseveró que la obligatoriedad que los bancos tienen para mantener una cartera para créditos de vivienda de interés social con una tasa de interés fija es el detonante para que se incremente el nivel de endeudamiento de la población en este sector.
Figueroa indicó que si esta deuda se destina para la inversión y no para el consumo diario, es favorable. Desde la Asociación de Entidades Financieras Especializadas en Microfinanzas (Asofin), institución que agrupa a nueve compañías, indicaron que sus asociados suman un total de 712.892 clientes que contrajeron créditos, por un valor de $us 4.847 millones.
El mayor porcentaje del número de operaciones crediticias de Asofin en 2016 se destinó para ventas al por mayor y menor (30,6%), seguido de la construcción (16,4%), manufactura (14,1%) y agricultura (12%). Luis Arce Catacora, ministro de Economía y Finanzas, dice que no hay crisis, que los positivos indicadores registrados en sectores como la construcción, la facturación de supermercados y restaurantes, la creación de nuevas empresas y la facturación del transporte aéreo evidencian que “la crisis internacional no se ha sentido en el bolsillo de los bolivianos”.
Arce dice que la producción de cemento (insumo vital para la construcción) creció un 5,6% de 2015 a julio de 2016, y las ventas del mismo un 9,8%. Sin embargo, el docente y analista económico Julio Alvarado pide que se explique cómo es que el consumo interno crece si en sectores como la minería, construcción y textiles se van cerrando empresas que obligan a las familias a reducir sus gastos.
Alvarado asegura que los préstamos para vivienda son, en esencia, a mediano y largo plazo, y que si los indicadores de ralentización se profundizan puede advertir de un sobreendeudamiento, considerando también el incremento de la mora en el sistema financiero, que a agosto creció un 0,3% respecto con el 2015