Hay que remontarse a Suecia, que fue el primer país que instituyó un día en el año para rendirle tributo al árbol, en 1840, y así concientizar sobre la importancia de los recursos arbóreos para la Tierra
El árbol provee oxígeno, amortigua la lluvia, ofrece un reparo a la sombra en días donde el sol parece no dar tregua. Los bosques regulan el clima, reducen la velocidad del viento y la contaminación sonora. Los árboles generan biodiversidad: vida florece entre sus raíces, sus ramas, sus hojas y sus cortezas. El árbol es vida.
Hoy, 29 de agosto, se celebra el Día del Árbol en la Argentina. Este año, la fecha llega en un momento de angustia frente al panorama que se ve en el Amazonas, uno de los grandes pulmones de este planeta. Una selva que arde significa muerte. Por eso, el mundo se une para salvarla de las llamas y así, salvar nuestras propias vidas.
Se celebra, Primero porque hay que remontarse a Suecia, que fue el primer país que instituyó un día en el año para rendirle tributo al árbol, en 1840, y así concientizar sobre la importancia de los recursos arbóreos para la Tierra, y de la necesidad de enseñar a niños y adultos sobre las plantas y sus cuidados para preservarlas.
Pero el origen del Día del Árbol en nuestro país tiene una razón puntual. El 29 de agosto de 1900, el Consejo Nacional de Educación instituyó esta fecha especial -que se celebra desde 1901- gracias a una iniciativa de Estanislao Zeballos.
Un exponente de la Generación del 80, Zeballos dirigió dos veces la Sociedad Rural. El periodista y escritor promovió esta fecha para concientizar sobre el cuidado y la protección de las superficies arboladas desde la política pública.
En la Argentina, según datos de Parques Nacionales, dentro de nuestras áreas protegidas conservamos especies de valor excepcional, como la del Alerce (Fitzroya cupressoides). Este árbol es la segunda especie viviente más longeva del mundo. Esta característica y la belleza del paisaje natural en el que habita, le dio al Parque Nacional Los Alerces la distinción como Sitio de Patrimonio Mundial, otorgada por la UNESCO. El parque, ubicado en la provincia del Chubut, alberga un bosque milenario de alerces, con ejemplares que alcanzan los 2600 años de existencia.
En el otro extremo de la Argentina, hacia el Norte, se hace presente el Quebracho colorado chaqueño (Schinopsis balansae). La especie se conserva en los Parques Nacionales Río Pilcomayo, Mburucuyá, Chaco, El Impenetrable y la Reserva Natural Educativa Colonia Benítez. De madera resistente y corteza agrietada, supera los veinte metros de altura.
Otra de las especies destacadas en la región patagónica es el pehuén (Araucaria araucana). Esta conífera es considerada un fósil viviente, y puebla los bosques del Parque Nacional Lanín. Puede superar los 1300 años y medir cincuenta metros de altura.