Es la más peligrosa, la grasa tiene más posibilidades de mantenerse en su lugar si se inserta en el músculo, pero es precisamente aquí donde radica el riesgo de la operación
A muy pocos les extrañará saber que la cirugía de pechos y trasero prominente copan las listas de la cirugía plástica. De todas ellas, el levantamiento de glúteos “brasileño” (allí tiene su origen) es la tendencia en el negocio desde el año 2015. Sin embargo, también es la más mortal.
Normalmente, cuando se habla de esta práctica se hace referencia a un procedimiento por razones puramente estéticas, aunque lo cierto es que también se da después de perder mucho peso, por desfiguración grave después de un traumatismo pélvico u otros problemas.
En todos los casos, el procedimiento implica tomar grasa de las áreas del cuerpo donde no se desea y trasplantarla a los glúteos para agrandarlas. Sin embargo, para que la operación tenga éxito, un injerto de grasa necesita nutrición, por lo que debe inyectarse en el tejido que tiene un suministro de sangre.
Ocurre que la grasa puede sobrevivir si se inyecta en otra grasa, pero hasta el 90% de ella puede ser absorbida si es así. La grasa tiene más posibilidades de mantenerse en su lugar si se inserta en el músculo, pero es precisamente aquí donde radica el riesgo de la operación.
Inyectar grasa en las nalgas puede conducir a problemas graves si se realiza de forma incorrecta. Por ejemplo, una embolia grasa, cuando la grasa entra al torrente sanguíneo y bloquea un vaso sanguíneo. En los pulmones bloquea el ingreso de oxígeno al torrente sanguíneo, mientras que en el cerebro puede causar un derrame cerebral, en ambos casos los resultados pueden ser fatales.
Además, el volumen de grasa también es importante. La mayoría de los cirujanos consideran que 300 ml, un poco menos que una lata de refresco, es una cantidad segura. Sin embargo, algunos cirujanos más experimentados usan un volumen de grasa mucho mayor que puede medirse en litros.
Según la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos, el levantamiento de glúteos brasileño (BBL) tiene la tasa más alta de muerte de todos los procedimientos estéticos actuales. La tasa de mortalidad estimada por embolia grasa llega a ser de 1 cada 3.000 para este tipo de cirugía.
Un estudio de 2015 sobre las muertes por cirugía BBL concluyó que probablemente se producen como resultado de daños en los vasos sanguíneos de los glúteos durante el procedimiento, lo que permite que la grasa ingrese al torrente sanguíneo. Los autores recomendaron que “la lipoinyección de glúteos se realice con mucho cuidado, evitando las inyecciones en los planos musculares profundos”.
Además, un gran número de muertes parecen haberse dado por profesionales no calificados que trabajan en instalaciones no autorizadas, incluidas casas y garajes. Por último, otros problemas posteriores a la cirugía, como la gangrena y la sepsis, también pueden ser fatales.
Por todo ello, la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos se pregunta si realmente vale la pena el riesgo potencial de muerte con los beneficios que ofrece la operación.