Ex diplomático ha sido arrestado en una larga investigación de contrainteligencia del FBI, acusado de servir secretamente como agente del gobierno de Cuba
Como embajador en Bolivia, intervino directamente en la carrera presidencial de 2002, advirtiendo semanas antes de la votación que Estados Unidos cortaría la ayuda al pobre país sudamericano si elegía al ex cocalero Evo Morales.
“Quiero recordar al electorado boliviano que si votan a quienes quieren que Bolivia vuelva a exportar cocaína, eso pondrá en serio peligro cualquier ayuda futura de Estados Unidos a Bolivia”, dijo Rocha en un discurso que fue ampliamente interpretado como un intento de mantener el dominio de Estados Unidos en la región.
La táctica funcionó, pero tres años después los bolivianos eligieron a Morales de todos modos y el líder izquierdista expulsaría al sucesor de Rocha como jefe de la misión diplomática por incitar a la “guerra civil”.
Desde su cuenta en redes sociales, el expresidente Jorge Tuto Quiroga compartió sus reflexiones sobre lo que él denomina el "Rochazo", un fenómeno político que habría incidido significativamente en las elecciones de 2002, donde Evo Morales obtuvo el segundo lugar, aunque la presidencia fue finalmente para Gonzalo Sánchez de Lozada.
Se cree que la advertencia de Rocha, que en su momento se creía perjudicial, habría tenido un efecto inesperado al impulsar la carrera política de Morales. Este último, tras asumir la presidencia en 2006, se destacó como un ferviente seguidor de Fidel Castro y un enérgico defensor frente al embargo comercial impuesto por Estados Unidos.
El análisis crítico de la crítica boliviana considera que la mencionada advertencia se convirtió en un boomerang político, ya que, en lugar de perjudicar a Morales, lo catapultó hacia un liderazgo que lo llevó a adoptar posturas internacionales consideradas desafiantes por algunos sectores.
Ex diplomático estadounidense que fungió como embajador de Estados Unidos en Bolivia ha sido arrestado en una larga investigación de contrainteligencia del FBI, acusado de servir secretamente como agente del gobierno de Cuba, según publicó el portal Infobae citando a la The Associated Press.
Manuel Rocha, de 73 años, fue arrestado en Miami el viernes por una denuncia penal y se espera que se hagan públicos más detalles sobre el caso en una comparecencia ante el tribunal el lunes, dijeron dos personas que hablaron con la AP bajo condición de anonimato porque no estaban autorizadas a discutir una investigación federal en curso.
Una de las personas dijo que el caso del Departamento de Justicia acusa a Rocha de trabajar para promover los intereses del régimen cubano.
La ley federal exige que las personas que trabajan para un gobierno o entidad extranjera dentro de Estados Unidos se registren en el Departamento de Justicia, que en los últimos años ha intensificado la represión penal de los grupos de presión extranjeros ilícitos.
El Departamento de Justicia declinó hacer comentarios. No estaba claro si Rocha tenía un abogado y un bufete de abogados en el que trabajó anteriormente dijo que no le representaba. Su esposa colgó el teléfono cuando la AP se puso en contacto con él.
La carrera diplomática de Rocha, de 25 años, transcurrió bajo gobiernos demócratas y republicanos, gran parte de ella en América Latina durante la Guerra Fría, un periodo de políticas y militares estadounidenses a veces de mano dura.
Sus cargos diplomáticos incluyeron una temporada en la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, en una época en la que Estados Unidos carecía de relaciones diplomáticas plenas con el gobierno comunista de Fidel Castro.
Nacido en Colombia, Rocha se crió en un hogar de clase trabajadora en Nueva York y obtuvo una serie de títulos en humanidades en Yale, Harvard y Georgetown antes de incorporarse al servicio exterior en 1981.
Fue el principal diplomático estadounidense en Argentina entre 1997 y 2000, cuando un programa de estabilización monetaria de una década de duración respaldado por Washington se desmoronaba bajo el peso de la enorme deuda externa y el estancamiento del crecimiento, desencadenando una crisis política que llevaría al país sudamericano a pasar por cinco presidentes en dos semanas.