Presidente del Comité Olímpico Internacional, el alemán Thomas Bach mandó un mensaje de concordia en el ambiente diplomático tenso que se vive en estos momentos
Pekín 2022 echó a andar. Después de semanas de dudas por el Covid-19 y tensiones políticas que surgieron tras la iniciativa de boicot diplomático por parte de algunos países, con Estados Unidos a la cabeza, el presidente chino, Xi Jinping, declaró abiertos este viernes los Juegos Olímpicos de Invierno, tras una ceremonia de apertura colorista, concebida por el realizador chino Zhang Yimou.
"Declaro abiertos los vigesimocuartos Juegos Olímpicos de Invierno", pronunció Xi Jinping, siguiendo el protocolo. La inclusión de nuevo de Yimou en la ceremonia de apertura fue un guiño de China para recordar que Pekín entra en la historia como la primera ciudad en organizar los Juegos de Verano e Invierno.
Y es que hace catorce años, en los Juegos de Verano de 2008, fue también el director de una espléndida celebración patriótica y colorida, en la que intervinieron 14.000 figurantes. En esta ocasión, covid obliga, solo había 3.000 personas, con mascarillas, en la escenificación de la ceremonia.
Zhang Yimou presentó a las 56 etnias y a la sociedad china en la marcial llegada de la bandera china, llevada por ocho soldados.
En los Juegos de Verano e Invierno pekineses, el escenario fue el Estadio Nacional, más conocido como el Nido del Pájaro, en un nuevo guiño chino al hito histórico de la doble organización del evento.
Por tal insigne escenario desfilaron las 92 naciones participantes en el evento, entre ellas nueve países latinoamericanos y un total de 33 deportistas de la región.
Bolivia tiene dos representantes Simón Breitfuss en esquí alpino y Timo Gronlund en esquí de fondo.
Latinoamérica no ha ganado ninguna medalla en su historia en los Juegos de Invierno y hacerlo en Pekín 2022 parece poco probable. Tras el desfile de los casi 3.000 deportistas en el evento, el presidente del Comité Olímpico Internacional, el alemán Thomas Bach mandó un mensaje de concordia en el ambiente diplomático tenso que se vive en estos momentos.
"En nuestro frágil mundo, donde divisiones, conflictos y desconfianza aumentan, nosotros mostramos al mundo que sí, que es posible ser orgullosos rivales mientras al mismo tiempo vivimos pacíficamente y respetuosamente juntos", dijo el dirigente deportivo.
Pese a algunas reticencias, los Juegos han echado a andar y algunas competiciones como curling, hockey sobre hielo o patinaje artístico ya se habían puesto en marcha antes de la ceremonia.
Debido a la epidemia, en estos segundos Juegos de la era del covid, tras los de Tokio el año pasado, los deportistas están confinados en una burbuja sanitaria y sometidos a controles PCR cotidianos. Como Pekín aplica una estrategia cero covid, ningún contacto es autorizado con la población. Las tribunas de los sitios de competición estarán parcialmente llenas, pero solo por "invitados", que deben respetar las distancias sociales.
Entre los espectadores de la ceremonia de apertura, boicoteada por varios países para denunciar las violaciones de los derechos humanos en China, había una veintena de dirigentes mundiales, incluido el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el presidente ruso, Vladimir Putin.
El mandatario ruso llegó a Pekín este mismo viernes y celebró las relaciones "sin precedente" que mantiene con China y su presidente.
Putin y Rusia están en el centro de la atención internacional. El Kremlin es acusado por Occidente de querer invadir Ucrania, debido a los aproximadamente 100.000 militares rusos desplegados desde hace semanas en la frontera de su vecino pro-occidental.
Entre los mandatarios latinoamericanos estaban en Pekín el presidente argentino, Alberto Fernández, y su homólogo ecuatoriano, Guillermo Lasso.
A miles de kilómetros de Pekín, en Lausana, medio millar de tibetanos se manifestó el jueves delante de la sede del COI para denunciar los "Juegos de la vergüenza", las actuaciones de Pekín en la región himalaya y la represión religiosa y cultural.
En Hong Kong, un activista prodemocracia fue detenido por "incitar a la subversión", justo antes de una protesta organizada contra los Juegos Olímpicos.
En Los Angeles, medio centenar de manifestantes se reunió delante del consulado de China. En el mundo entero, se lanzaron llamamientos para organizar protestas que denuncien las violaciones de los derechos humanos en Xinjiang (noroeste) contra los uigures, pero hasta ahora se trata de manifestaciones menores.
Otra polémica es la del impacto mediombiental de estos Juegos que se disputan en un clima glacial pero semiárido, en pistas nevadas artificialmente en estaciones de esquí acondicionadas para la ocasión.
Mientras tanto, los deportistas en liza intentan mantenerse al margen, centrándose en que los Juegos son un momento único en sus carreras.
La mayoría se centran en el deporte, pero hay algunos viven mal el hecho de tener que competir en China, como el británico Gus Kenworthy, subcampeón olímpico en 2014 de esquí slopestyle.
"No pienso que un país que tiene posturas terribles en materia de derechos humanos deba estar autorizado a recibir unos Juegos", dijo.