El músico realizará un último tour antes de dejar los escenarios a causa de una extraña enfermedad degenerativa y comenzará en el Hard Rock Hotel & Casino en Tulsa el 18 de junio
Con poco cabello anda con las camisas abiertas hasta el ombligo. El éxito, masivo y fulminante, quedó en el pasado. Eso fue hace más de cuatro décadas. Peter Frampton siguió tocando todos estos años, buscando el hit improbable, haciendo lo que sabe: tocar la guitarra.
Hace tres años atrás, mientras estaba en su casa, sufrió una caída. No tropezó contra nada; sus piernas se vencieron. Algo extraño para un sexagenario juvenil, con perfecto estado físico y una envidiable fortaleza: siempre le gustó estar en forma para sentirse cómodo en el escenario. Los episodios se repitieron y lo obligaron a consultar a un médico. Luego de una análisis físico y una biopsia de músculo, el diagnóstico fue devastador: IBM. O miositis por cuerpos de inclusión.
Frampton necesitó, como cualquier otro paciente en su lugar, que el doctor le tradujera. Le explicó, con cautela, que se trata de una enfermedad muscular degenerativa que tiene un avance lento pero indetenible. Produce una debilidad progresiva. La medicina aún no pudo dar con la causa de esta miopatía bastante frecuente en los adultos mayores. Tampoco con su cura. Las tareas más sencillas se van complicando para el paciente hasta que después de varios años no se puede tener en pie y debe trasladarse, por la evolución de la patología, en silla de ruedas.
El músico inglés Peter Frampton anunció que realizará una gira de despedida con la que cerrará su carrera musical. El guitarrista de 68 años informó que se retirará a causa de una miositis por cuerpos de inclusión. En términos simples se trata de una enfermedad degenerativa que daña la musculatura del cuerpo.
Los últimos conciertos del hombre que popularizó éxitos como “Show me the way” comenzarán en el Hard Rock Hotel & Casino en Tulsa el 18 de junio y finalizarán en el Concord Pavilion de San Francisco el 12 de octubre.
Las entradas para muchos de los espectáculos se pondrán a la venta para el público en general el 1 de marzo, aunque algunos lugares tendrán boletos disponibles a partir del 8 de marzo o el 22 de marzo.
Frampton contó que cada escalera que enfrenta, ya sea para subir o para descender, se transforma en una odisea para él. Y que no perdió, todavía, la habilidad para tocar la guitarra, que la conserva intacta pero que sabe que su peor temor alguna vez se convertirá en realidad. Sabe que en poco tiempo ya no podrá tocar la guitarra. Por el momento sólo está imposibilitado de uno de los alardes habituales de los guitarristas. El de levantar la guitarra sobre su cabeza y tocar de esa manera. Sus brazos débiles no pueden levantar nada por sobre sus hombros.
Frampton comes alive se convirtió en el disco en vivo más vendido de la historia (y allí estuvo durante casi dos décadas hasta que fue desbancado). Sin duda fue, también, el éxito más improbable de la historia. Nada hacía suponer que ese disco doble que registraba las actuaciones del guitarrista fuera a escalar en los rankings. En 1976, cuando apareció el álbum, Frampton tenía una larga carrera detrás, oficio, algo de prestigio y ningún hit. En el colegio secundario tocaba la guitarra. Allí su banda, a veces, compartía escenario con el grupo de otro alumno tres años más grande que Frampton, un tal David Robert Jones, a quien luego todos conocerían como David Bowie. Peter comenzó su carrera en el grupo juvenil Herd. Después de unos años formó Humble Pie con Steve Marriott, un ex Small Faces. Al tiempo se separó y comenzó su camino solista. Grabó varios discos y cosechó un módico reconocimiento. Todo cambió con la publicación de las canciones registradas, principalmente, en el Winterland Ballroom de San Francisco. Lo que sucedió con Frampton comes alive fue inédito. El disco en vivo funcionó, como en otros casos, como un greatest hitsde la obra del artista pero, en este caso, permitió al público conocerlos por primera vez.
En el repertorio había temas que merecían mayor difusión y el público los descubrió, todos juntos, gracias a este registro. Casi veinte millones de copias vendidas en todo el mundo.Las razones del éxito fueron varias. La imagen seductora del artista, algunas canciones con gran potencial comercial (Baby, I love your way, Show me the way, Do you feel like we do), las versiones en vivo (aunque con sobregrabaciones posteriores) eran más potentes que las de estudio, y la destreza de Frampton con la guitarra, a lo que le sumaba el sonido particular que le brindaba el uso del Talk Box.