En Inglaterra la higiene deja mucho que desear. Así lo ha ratificado el Global Hygiene Council, una asociación que reúne a científicos expertos en la transmisión de enfermedades infecciosas, que concluye que el Reino Unido es «uno de los países más sucios del mundo desarrollado», donde el 32% de los ciudadanos no se lavan las manos y el 60% de los que sí lo hacen pasan ampliamente del jabón y se conforman con dejar correr el agua sobre ellas.
En Londres, el contenedor de basura callejero no existe. Así que las bolsas de desperdicios decoran las aceras durante horas, incluso en las vías más lujosas. Las papeleras, que en las capitales españolas se hallan a cada paso, constituyen un bien escaso.
El culto nacional por la moqueta conforma un paraíso para gérmenes y ácaros. La pasión moquetera llega hasta los asientos del Metro, con un inquietante barniz de grasa tras el paso de millares de posaderas. Comer en los restaurantes sobre el tablero de la mesa, sin mantel de ningún tipo, está al orden del día, incluso en lugares donde luego te sablearán en la factura. Masticar con la boca abierta y hablar con la boca llena son casi normas de cortesía, como bien demostraron los políticos en la campaña. De manera recurrente se llevan a cabo campañas invitando a lavarse las manos, una manera sencilla de evitar contagios.
La OMS ha titulado alguna con un elocuente: «Salve su vida, lávese las manos». Como dice socarronamente el profesor John Oxford, presidente de Global Hygiene, si te las enjuagases cinco veces al día, «matarías los gérmenes hasta dando la mano a todos los asistentes de un funeral por ébola». Los datos británicos son sonrojantes. Una de cada tres mujeres reconoce que tarda hasta tres días en lavarse y una de cada siete no se cepilla los dientes en dos días.
En varones, el 41% no se duchan a diario y el 12% solo se pega una ducha o baño en condiciones dos veces por semana. Billetes y tarjetas bancarias Un análisis en varias ciudades reveló que el 12% de los billetes y el 10% de las tarjetas bancarias contenían restos de microorganismos fecales, como el E.coli.
Lo mismo sucede con una cuarta parte de los paños de cocina y el 15% de los fregaderos, que según los estudiosos son mucho más peligrosos para la salud que los baños, bien cuidados en dos de cada tres casos. Según un estudio del Consejo de Higiene en siete países, Malasia presenta el mayor porcentaje de superficie del hogar con limpieza insatisfactoria, el 90%.
Le sigue India, con el 78%, y el tercero de la lista es el Reino Unido, con el 33% (Arabia Saudí es cuarta, con 27%, seguida por Estados Unidos, 22% y Alemania, 21%). En los estudios a nivel global, Brasil y Alemania suelen aparecer entre las naciones más higiénicas y España figura en la zona media alta.
Pero no todo son malas noticias. Dos terceras partes de los británicos aseguran que están más pendientes de su higiene personal que hace un año. Además los científicos tal vez dramaticen un poco.
Entre sus denuncias figuran incluso los secadores de manos, para enojo de sus fabricantes, que aseguran que son bastante más limpios que las toallas y los rollos de papel. Pero los sabios dicen que no, que la gente no se lava bien las manos y cuando las ponen bajo el secador, el aire expande las bacterias en un radio de metro y medio, por lo que pide que los niños estén siempre lejos de los secadores. En fin, igual tampoco hay que exagerar…