Brasilia y Sao Paula avanzan hacia la misma medida de dejar de ser obligatorio en espacios externos a partir del 3 de noviembre
Usar mascarilla sanitaria al aire libre dejará de ser obligatorio en el estado brasileño de Río de Janeiro a partir de este jueves, ante el avance de la vacunación contra COVID-19, anunció este miércoles (27.10.2021) el gobernador Claudio Castro.
"Vamos a flexibilizar el uso de máscaras en espacios abiertos y eso es motivo de celebración. Después de más de un año y medio del decreto de calamidad pública en razón de la pandemia, esta medida representa una importante victoria para todos", escribió el miércoles Castro en su cuenta en Twitter.
Ahora las mascarillas sólo serán obligatorias en lugares públicos con espacios cerrados, "gracias al avance de la vacunación y también por el bajo índice de transmisión" de COVID-19, agregó.
En la ciudad de Río, de 6,7 millones de habitantes, se permitirá la reapertura de clubes nocturnos y salas de conciertos, con un aforo de hasta el 50 por ciento de su capacidad.
La Alcaldía de la 'cidade maravilhosa' exige desde septiembre el comprobante de vacunación para ingresar a algunos lugares como sitios turísticos, gimnasios o cines, aunque no en bares y restaurantes.
Entre tanto en la capital Brasilia, el uso de tapabocas dejará de ser obligatorio en espacios externos a partir del 3 de noviembre.
Las autoridades de Sao Paulo, la urbe más grande del país, evalúan hacer lo mismo pero de momento no han divulgado una fecha.
Más de 68.000 personas han muerto por el nuevo coronavirus en el estado de Río de Janeiro, que tiene una tasa de mortalidad de 394 por cada 100 mil habitantes, muy superior que la media nacional (288 por cada 100 mil habitantes).
Sin embargo, el número diario de muertes ha caído drásticamente en las últimas semanas debido al avance de la inmunización en ese estado de 17,4 millones de habitantes.
En la ciudad de Río, más del 65 por ciento de las personas ya recibió las dos dosis de la vacuna anticovid.
Con más de 605.000 fallecidos, Brasil, de 213 millones de habitantes, es el segundo país que más vidas perdió por la pandemia, superado sólo por Estados Unidos.