En la Argentina la ingesta asciende a 115,2 gramos diarios, de los cuales 91,4 corresponden a azúcares agregados". Esta cifra duplica lo recomendado y ubica al país a la cabeza del consumo regional
Organización Mundial de la Salud (OMS) la encargada de instalar el concepto de obesidad como epidemia global, y de hablar de ella como la primera enfermedad crónica no transmisible (ECNT), que genera un importante impacto a nivel de la salud pública.
Enfermedades crónicas no transmisibles, es decir enfermedades de larga duración con evolución generalmente lenta, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer son de las principales causas de muerte en la Argentina, donde la dieta representa uno de los factores de riesgo más importantes.
Y si de patrón alimentario se habla, el consumo de bebidas azucaradas está a la cabeza entre los hábitos menos saludables que más crece en todas las edades, un reciente estudio realizado entre hombres y mujeres en los EEUU demostró que mientras más bebidas endulzadas con azúcar (SSB, por sus siglas en inglés) bebe una persona, mayor es el riesgo de muerte prematura, especialmente por enfermedades cardiovasculares y, en menor medida, por cáncer.
"Las mujeres, sobre todo las jóvenes, suelen subestimar a la enfermedad cardiovascular, incluso suelen no identificar los dolores precordiales de un infarto como tal dolencia, ya que lo consideran una patología exclusiva de los hombres. En la Argentina aproximadamente el 30% de las muerte en mujeres son a causa de enfermedades cardiovasculares, mientras que el cáncer alrededor del 15%", destacó el médico cardiólogo Carlos Reguera, jefe del Área de Medicina Preventiva y Cardiología de Ineba.
Recomendación, según el especialista, sería "realizar controles preventivos básicos de salud al menos una vez al año y reforzarlos a medida que avanza nuestra edad". "Debemos tomar conciencia de que muchas veces los factores de riesgo no anticipan la enfermedad, sino que son la enfermedad. Por lo tanto debemos intensificar el cuidado y el control de cada uno de ellos, focalizándonos en la prevención", aconsejó Reguera, quien enfatizó: "La alimentación saludable para el corazón es una manera importante de disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Para obtener el mayor beneficio para el corazón y cerebro, se deben consumir más frutas, vegetales y alimentos con granos integrales y proteínas saludables. Además, se deben evitar los alimentos con azúcares agregados, calorías y grasas no saludables".
Mediante estudio, dirigido por la Escuela de salud Pública TH cHAN, de Harvard y cuyos resultados se publicaron en la revista Circulation, también encontró que beber una bebida endulzada artificialmente (ASB, por sus siglas en inglés) por día en lugar de una bebida azucarada redujo el riesgo de muerte prematura. Sin embargo, beber cuatro o más ASB por día se asoció con un mayor riesgo de mortalidad.
"Nuestros resultados brindan apoyo adicional para limitar el consumo de SSB y reemplazarlos con otras bebidas, preferiblemente agua, para mejorar la salud general y la longevidad", dijo Vasanti Malik, científico investigador del Departamento de Nutrición y autor principal de la investigación.
Estudios demostraron que los SSB (refrescos con gas y sin gas, bebidas de frutas, bebidas energéticas y bebidas deportivas) son la principal fuente de azúcar agregada en la dieta de los EEUU. Aunque el consumo de SSB disminuyó en la última década en ese país, hubo un aumento reciente entre los adultos, con niveles de ingesta sólo de SSB que casi superan la recomendación dietética de consumir no más del 10% de las calorías diarias de los azúcares agregados. La ingesta de SSB también está aumentando en los países en desarrollo, impulsada por la urbanización y la comercialización de bebidas, según los autores.
El mayor riesgo de muerte temprana relacionado con el consumo de SSB fue más evidente entre las mujeres que entre los hombres. Estudios anteriores habían encontrado vínculos entre la ingesta de SSB y el aumento de peso y un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular, aunque pocos analizaron la conexión entre la ingesta de SSB y la mortalidad. En el nuevo estudio, los investigadores analizaron datos de 80.647 mujeres entre 1980 y 2014) y 37.716 hombres en entre 1986 y 2014. Para ambos estudios, los participantes respondieron cuestionarios sobre sus estilos de vida y estado de salud cada dos años.
Después de ajustar los principales factores de la dieta y el estilo de vida, los investigadores descubrieron que mientras más SSB bebía una persona, más aumentaba el riesgo de muerte prematura por cualquier causa. En comparación con el consumo de SSB menos de una vez por mes, el consumo de una a cuatro bebidas azucaradas por mes se relacionó con un aumento del 1% en el riesgo; de dos a seis por semana con un aumento del 6%; uno a dos por día con un aumento del 14%; y dos o más por día con un aumento del 21%. El mayor riesgo de muerte temprana relacionado con el consumo de SSB fue más evidente entre las mujeres que entre los hombres.
Azúcar agregado se entiende lo que se añade a los productos alimenticios y el que contienen naturalmente la miel, los jugos de fruta y los concentrados de jugo de fruta. Las recomendaciones se limitan a ellos, y no a los "azúcares intrínsecos", presentes en frutas y verduras enteras frescas.
La médica cardióloga Fiorella Tartaglione (MN 144.259), miembro de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), destacó que "si se considera el consumo diario de azúcar, la OMS recomienda un máximo de 50 gramos (12 cucharadas de té). Sin embargo, el Estudio Latinoamericano de Nutrición y Salud (ELANS), en el que participaron ocho países, mostró que en la Argentina la ingesta asciende a 115,2 gramos diarios, de los cuales 91,4 corresponden a azúcares agregados". Esta cifra duplica lo recomendado y ubica al país a la cabeza del consumo regional.
Entre hombres y mujeres, hubo un vínculo modesto entre el consumo de SSB y el riesgo de muerte temprana por cáncer, investigadores también observaron la asociación entre el consumo de bebidas endulzadas artificialmente y el riesgo de muerte prematura. Descubrieron que la sustitución de los SSB por ASB estaba relacionada con un riesgo moderadamente menor de muerte prematura. Pero también encontraron una relación entre los altos niveles de ingesta de ASB (al menos cuatro porciones al día) y un riesgo ligeramente mayor de mortalidad general y relacionada con la ECV entre las mujeres, por lo que advirtieron contra el consumo excesivo de ASB.
"Estos hallazgos son consistentes con los efectos adversos conocidos de un alto consumo de azúcar en los factores de riesgo metabólico y la fuerte evidencia de que el consumo de bebidas endulzadas con azúcar aumenta el riesgo de diabetes tipo 2, un factor de riesgo importante para la muerte prematura. "Los resultados también brindan apoyo adicional para las políticas que limitan la comercialización de bebidas azucaradas para niños y adolescentes y para la implementación de impuestos a los refrescos porque el precio actual de las bebidas azucaradas no incluye los altos costos de tratar las consecuencias", finalizó Walter Willett, profesor de Epidemiología de Harvard.
Entre las conclusiones del estudio, los investigadores hallaron un vínculo particularmente fuerte entre el consumo de bebidas azucaradas y un mayor riesgo de muerte temprana por enfermedad cardiovascular. En comparación con los bebedores de SSB poco frecuentes, los que bebían dos o más porciones por día tenían un riesgo 31% más alto de muerte prematura por enfermedad cardiovascular. Cada porción adicional por día de SSB se vinculó con un aumento mayor del 10% en el riesgo de muerte relacionada con patologías cardíacas.