Muchas formas de morir, pero perder la vida por tratar de capturar un momento de ella es una trágica ironía que sucede cada vez con más frecuencia.
Hechos hablan por sí mismos: en 2015, murieron más personas por sacarse selfies que por ataques de tiburones y las tres principales causas fueron caídas de altura, ahogo y accidentes relacionados con trenes, según indica Pricenomics. La necesidad moderna de compartir todo lo que hacemos a través de las redes sociales ha cambiado la manera en que experimentamos la vida y hay quienes son capaces de cualquier cosa por lograr la fotografía perfecta a la que todo el mundo le dé el visto bueno con un ‘like’.
En 2014, casi 50 personas murieron intentando sacarse una foto y eso ha hecho que algunos gobiernos tomen cartas en el asunto. Por ejemplo en Mumbai (India), que es un destino turístico muy visitado, hay zonas ‘libres de selfies’ para evitar peligros.
En Rusia se publicó un manual sobre cómo sacarse una foto con seguridad, luego de que un adolescente encontrara la muerte al caer de la parte más alta de un edificio donde se tomaba una selfie. Ese, entre otros casos, encendió las alarmas del gobierno que ahora pide más precaución. La revista estadounidense Rolling Stone hace un recuento de algunas inquietantes historias de ‘selfies mortales’.
Rusia es uno de los países donde más muertes se produjeron por sacarse fotos. Uno de los accidentes sucedió cuando dos soldados estaban posando para una autofoto con una granada y el explosivo detonó de forma inesperada.
La falta de cuidado también acabó con la vida de una adolescente rumana que quería tomarse una foto en el techo de un tren en el norte de la ciudad de Iasi (Rumania).
Según uno de sus amigos, Anna Urso tenía la intención de publicar esta foto en Facebook pero cuando se tumbó en el techo, una de sus piernas chocó contra un cable de alta tensión que la sorprendió con 27.000 voltios, le quemó la mitad del cuerpo y la dejó sin vida.
Algo tan inofensivo como la vara de metal para selfies puede convertirse en un pararrayos. En julio de 2015, un escalador inglés fue alcanzado por un rayo cuando se tomaba una foto con el palo que sostiene el celular. Estos casos llevan a preguntarse hasta dónde se puede llegar por una selfie y los cuidados que hay que tener cuando se hace algo que, a priori, parece inofensivo