La mascota elegida por Brasil para el Mundial 2014, un armadillo bautizado recientemente con el nombre de “Fuleco” —una combinación de fútbol y ecología— tiene gran parecido con el Quirquincho (también de la familia de los armadillos), ícono de San José de Oruro; aunque no es considerado como la mascota oficial del club.
Brasil eligió al animalito, un tatú-bola como es conocida en Brasil esa especie de armadillo que se cierra sobre sí mismo, y queda convertido en una pelota cuando se ve amenazado, porque se trata de una especie en extinción en el vecino país como consecuencia de la caza indiscriminada. La organización no gubernamental Associaao Caatinga en el Brasil sugirió que fuera adoptado como mascota del Mundial de fútbol, recomendación que, de acuerdo a información del vecino país, fue aceptada por el Ministerio del Deporte y también por el comité organizador local (COL). “Fuleco” es un armadillo con la cabeza y la espalda cubiertas por un caparazón de hexágonos de color azul, pantalones y ojos verdes, piel amarilla y camiseta blanca, de acuerdo a la descripción de la FIFA.
Se lo empezó a conocer en septiembre cuando el máximo organismo del fútbol mundial lo presentó, aunque en ese momento no tenía nombre. Fue bautizado recién el lunes pasado, tras una votación pública. El Quirquincho de San José también luce el caparazón, con el añadido de que sobre éste utiliza un casco de minero y está vestido con el uniforme del club. El periodista orureño Óscar Salinas explica que el quirquincho no es un símbolo propiamente del club, sino del departamento pues habita en Los Arenales.
“Desde los años 90 San José ha aparecido con mucha fuerza en el ámbito futbolístico del país, eso ha permitido que el quirquincho represente también al club; pero básicamente es un símbolo del departamento de Oruro”. El quirquincho, de acuerdo a estudios especializados, “es el único armadillo que habita zonas frías a gran altitud en América”. Tanto “Fuleco” como el quirquincho de San José, son parientes cercanos de “Tatú”, la mascota de la Copa América de 1997 que se jugó en Bolivia. También era un armadillo de la especie “tatú carreta o pejchi”, de ahí el nombre con el que se lo bautizó. Los armadillos habitan en gran parte de los países de América y se los conoce con una infinidad de nombres.