El documento establece que el Congreso también debe tomar las medidas adecuadas para responsabilizar al gobierno de Trump por cualquier papel que haya desempeñado en la destrucción de la democracia de Bolivia
De acuerdo al portal Thehill.com, el Congreso de los Estados Unidos proporciona alrededor del 60 por ciento de los fondos de la OEA. Puede, y debe, investigar el papel de esta organización en Bolivia durante el año pasado y garantizar que el dinero de los contribuyentes no apoye al derrocamiento de gobiernos elegidos democráticamente, conflictos civiles o violaciones de derechos humanos.
El documento establece que el Congreso también debe tomar las medidas adecuadas para responsabilizar al gobierno de Trump por cualquier papel que haya desempeñado en la destrucción de la democracia de Bolivia.
La OEA proporciona Misiones de Observación Electoral para los gobiernos que desean que expertos honestos e independientes observen sus elecciones. Estas misiones suelen reflejar y defender estos principios, pero en ocasiones se han inclinado ante la presión política.
“Recientemente, la OEA jugó un papel destructivo en Bolivia, luego de las elecciones del 20 de octubre (..). Desde el día después de la votación, la OEA ha ayudado a dirigir una falsa narrativa de que el presidente en ejercicio, Evo Morales, y su partido, “manipularon” o “robaron” las elecciones. Esta narrativa contribuyó a la polarización política y la violencia en Bolivia, un golpe militar y la incertidumbre actual sobre el futuro de la democracia”, sostiene el legajo.
Recientemente, el New York Times informó sobre un nuevo estudio académico que concluyó que las denuncias iniciales de fraude de la OEA “se basaron en datos incorrectos y técnicas estadísticas inapropiadas”. Investigadores del Center for Economic and Policy Research y del MIT Election Data and Science Lab ya habían llegado a conclusiones muy similares en los últimos seis meses.
El informe del Times señaló que estas afirmaciones “defectuosas” de la OEA habían “alimentado una cadena de eventos que cambiaron la historia de la nación sudamericana” y ayudaron a “sacar al señor Morales del poder con apoyo militar semanas después”.
El nuevo estudio académico coincide con la gran mayoría de los expertos que han analizado los datos, incluidos 133 economistas y estadísticos que enviaron una carta a la OEA , cuestionando de manera similar sus acusaciones de fraude, el 2 de diciembre de 2019. La carta no ha recibido respuesta.
La oposición denunció fraude, y antes de que los votos fueran contados por completo, la OEA respaldó esa aseveración, alegando un cambio de tendencia “inexplicable” y “drástico” que había socavado la legitimidad de los resultados.
Según el informe, la OEA no proporcionó ninguna prueba o fundamento para esta afirmación. En realidad, el margen de Morales aumentó por una razón simple y relativamente común: los distritos con mayor apoyo a Morales y su partido tendían a informar los resultados más tarde que otros distritos.
Aunque se les señalaron estos hechos, la Misión de Observación Electoral continuó defendiendo sus reclamos iniciales. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, manifestó públicamente que creía que se trataba de una elección fraudulenta.
También afirmó repetidamente, sin pruebas, que las elecciones fueron “robadas”. Almagro, en su propia apuesta por la reelección como secretario general, parecía estar cortejando a los gobiernos de derecha de las regiones, incluida la administración Trump. Y, de hecho, recibió un nuevo mandato de cinco años en marzo.
Hace más de seis meses, el 25 de noviembre, junto con Reps. Jared Huffman (D-Calif.) Y Bobby Rush(D-Ill.), sostiene el documento, se envió una carta a la OEA con preguntas básicas sobre sus declaraciones y hallazgos sobre la elección de Bolivia. La OEA no respondió a estas preguntas.
En respuesta al artículo del Times de la semana pasada, un funcionario de la OEA calificó su propio análisis estadístico como un “punto discutible” y desvió la atención hacia otras acusaciones de fraude. Pero después de haber expuesto una mentira tan masiva, ¿cómo es posible que los miembros del Congreso continúen tomando las afirmaciones de la OEA al pie de la letra?
De hecho, lo que sucedió fue un golpe militar que derrocó al primer presidente indígena de Bolivia, en un país con el mayor porcentaje de indígenas del hemisferio. Desde el golpe, las fuerzas de seguridad del estado, operando con la promesa de impunidad del gobierno de facto , perpetraron dos masacres , matando al menos a 18 personas, muchas de ellas indígenas.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, órgano autónomo de la OEA, ha denunciado un aumento de ataques y amenazas contra periodistas, y la criminalización y persecución de líderes sociales y ex funcionarios del gobierno de Morales.
Entre tanto que sucede en Bolivia, existe acaso Cruzada digital desde EE.UU. hacia Latinoamérica: quién maneja peñabots, fakepititas y guaitrolls
Facebook eliminó una red de cuentas que se hacían pasar por ciudadanos o partidos de México, Bolivia o Venezuela pero que en realidad eran operadas remotamente por una compañía estadounidense.