El duque de York seguirá sin asumir ningún cargo público y defenderá su caso como un ciudadano privado este es el último gran golpe a la estructura de la monarquía inglesa se une a un sinfín de disgustos con los que la monarca ha tenido que lidiar en en los últimos años
La Reyna Isabel II ha dado la bienvenida al 2022 tomando la decisión más amarga en relación a uno de sus hijos, en concreto al príncipe Andrés, su predilecto. Hace unos días conocíamos que Su Majestad ha despojado a su tercer hijo de sus privilegios tras las últimas novedades sobre la demanda por abuso sexual que pesa sobre él.
De este modo, deja de usar, a partir de este momento, el título de 'Alteza Real', ha devuelto los títulos militares y los patrocinios reales y se enfrentará a la justicia como un ciudadano más. Así lo detallaba el comunicado que paralizaba las rotativas de la prensa internacional: "Con la aprobación y el acuerdo de la Reina, las afiliaciones militares y los patrocinios reales del Duque de York han sido devueltos a la Reina.
El duque de York seguirá sin asumir ningún cargo público y defenderá su caso como un ciudadano privado". Este es el último gran golpe a la estructura de la monarquía inglesa se une a un sinfín de disgustos con los que la monarca ha tenido que lidiar en en los últimos años.
Sin ir más lejos, la muerte de su esposo, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo el pasado mes de abril fue, sin duda el mayor golpe emocional al que se ha tenido que enfrentar la Reina en el año que acabamos de despedir. Fue el más grave pero no el único, dos de sus grandes amigas y damas de honor de su boda (Lady Farnham en enero de 2022 y la duquesa de Grafton solo un mes antes) fallecían dejando muy tocado el círculo íntimo de Isabel de Inglaterra.
Así las cosas, es un hecho que estas tristes noticias llegaban a la vida de la regente en medio de una crisis pública de la Corona debido a la guerra fría provocada por el acusado distanciamiento de su nieto, el príncipe Harry la esposa de éste, Meghan Markle, con el resto de los miembros de la Familia Real.
Finalmente, y rodeando la complicada situación global de la Casa Real Británica y en concreto de la reina Isabel, la salud de la jefa del Estado es el otro gran motivo de preocupación, más que para ella, para sus familiares y súbditos. En los últimos meses, la Reina cancelaba varios de sus compromisos de agenda.
En primer lugar su viaje a Irlanda del Norte, el pasado mes de octubre con el fin de descansar. Parón tras el cual era ingresada en el hospital King Edward VII de Londres, y tras recuperarse de este primer revés, Su Majestad volvía a paralizar nuevo varios actos como la inauguración de la cumbre del clima que se celebró en Glasgow.
Unos achaques que, por el momento, parecen haber remitido y que se unen a la alegría que los británicos han recibido tras conocer las nuevas fechas en las que, este nuevo año, se festejara el Jubileo de Platino de su Reina.