Candidato a dos Globos de Oro, a mejor comedia y mejor actor de comedia, el filme, que se estrena el mismo día de Navidad, "es un reflejo de todo lo que está mal en la sociedad", resumió DiCaprio en la presentación de la película, de la que también es productor.
La cinta narra la historia real de Jordan Belfort, un arribista que se aprovecha de la falta de regulación que existía a finales de los años 80 y principios de los 90 en el sector financiero para ganar enormes cantidades de dinero, con prácticas al principio dudosas y después abiertamente ilegales. Belfort y los jóvenes ambiciosos de su empresa de corredores de bolsa se lanzan a todo tipo de prácticas sexuales, drogas, bacanales y caprichos extravagantes, en una loca y desenfrenada carrera hedonista sin límites ni preocupación por el futuro.
El protagonista "es una especie de Calígula moderno", explicó DiCaprio, quien insiste en que la cinta es "una descripción de los tiempos en que vivimos". El intérprete explicó que leyó la autobiografía de Belfort y se dio cuenta "inmediatamente de que estos eran los peces gordos que estaban destruyendo la economía", en alusión a la crisis financiera de 2008 que, mucho después de las tropelías de Belfort, puso contra las cuerdas a medio mundo. DiCaprio, que convenció a Scorsese de que se embarcara en el proyecto, explica que la película es "una gran obra épica americana de codicia", que narra todo lo que ocurría en aquella época, sin censura de ningún tipo. De ahí la "R" con la que se ha calificado en EE.UU.
"No nos hemos guardado nada", insiste DiCaprio, quien recalca que Jordan describe "cosas que jamás podríamos imaginar", e incluso el propio Belfort le dijo que había episodios aún peores que no incluyó en su autobiografía. Sin embargo, y a pesar del tono desenfadado y de comedia, con la voz en "off" de Jordan desgranando diversos episodios cada vez más disparatados, la película es un drama, tanto por el proceso de degradación que sufren los protagonista como por el marco legal y financiero que tolera esas fechorías.
Este es el quinto trabajo que reúne a DiCaprio y Scorsese, tras "Pandillas de Nueva York" (2002), "El aviador" (2004), "Infiltrados" (2006) e "Isla Siniestra" (2010). Trabajar con DiCaprio "me rejuvenece", confesó el director, de 71 años, quien aseguró que el elemento clave "es la confianza" que ambos tienen entre sí. Sobre el filme, Scorsese explicó que encontró "la forma de enfocar el material con otra perspectiva respecto a otras películas", ya que, ante los excesos del protagonista y sus secuaces, buscó distanciarse y "contar las cosas con perspectiva", dejando que sean los propios personajes los que lleven el peso de la narración.
"¿Cuál es la responsabilidad cuando no hay restricciones morales? Creo que aún no hay respuesta", añadió. "The Wolf of Wall Street" ("El lobo de Wall Street") tuvo muchos problemas para poder hacerse, ya que el primer estudio que compró los derechos no logró la financiación para una cinta tan arriesgada, y luego hicieron falta años de negociaciones para que cedieran sus derechos a una producción independiente. Por ello, el también director del clásico "Taxi Driver" reconoció que "oportunidades así no se presentan muy a menudo dentro del sistema de los estudios".