Envió carta manuscrita al secretario Ejecutivo de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, donde pide su intervención
Jeanine Añez hace referencia a la muerte con una sorprendente naturalidad. "Seguramente, mis carceleros quieren que muera en esta cárcel de la que hoy le escribo y a veces pienso que es la mejor solución".
Envió una carta manuscrita al secretario Ejecutivo de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, donde pide su intervención y el de la comunidad internacional para conocer la realidad que viven los presos políticos en Bolivia ante un sistema judicial "prostituido". Cumpliò 6 meses en prisión y hace unas semanas atrás se debate su salud mental por el encierro que padece.
Invita a Almagro, y por su intermediación a la comunidad internacional, para que lleguen "a Bolivia y ver qué está pasando con la justicia y los presos políticos".
Se menciona la posibilidad de la muerte como una salida a su presidio, también resalta que este desenlace "no arreglará el tema de fondo, que es que en Bolivia la justicia no vale ni arregla sino divide y arruina".
La carta se ha difundido con motivo de la visita de Carolina Ribera, hija de la exmandataria, a Estados Unidos. La carta, redactada por Áñez desde su "oscuro y frío encierro", revela que la exmandataria pierde las esperanzas de que "tengamos una justicia verdadera para componer las grietas que hoy existen".
Aclaró que su pedido busca un futuro viable para un "país totalmente destruido judicialmente", pues el "Poder Judicial está prostituido al gobierno de turno".
Carolina Ribera viajó a Estados Unidos para reunirse con representantes de organismos internacionales defensores de derechos humanos y exponer la situación que vive su madre. Esta visita ha generado críticas de autoridades del MAS.
Califica como "proxenetas del poder" a los referentes del MAS encabezados por Luis Arce Catacora y Evo Morales junto a toda la élite masista. Y recuerda que fungió como presidente constitucional del país, "aunque un mentiroso y vil ser humano como Evo Morales y sus sirvientes digan lo contrario".
Casi al final de la carta hace referencia a su condición de mujer y su incursión en la política. La suma de estos dos factores "es casi una maldición" en Bolivia, "ya que el poder nos ultraja y nos usa para sus fines personales".
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