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Curioso. incorregible, librepensante y boliviano por elección así era Xavier Albó

Desde hace 71 años, el jesuita Albó trabajó por y para los bolivianos que eran excluidos por el sistema político y por las visiones de sociedad que regían desde mediados del siglo XX y a pesar de la revolución de abril

Nació en la Garriga (Catalunya, España) el 4 de noviembre de 1934, justo un año y medio antes de que se desatara la Guerra Civil española. “Mataron a mi padre en la Guerra civil, lo vinieron a buscar a mi propia casa”, recordó el padre Albó en una entrevista en 2016, cuando comentó que la influencia de su tío fue determinante para hacerse jesuita.

“Yo decidí ser sacerdote cuando estaba en quinto de bachillerato. Eran tiempos de Franco. Yo tenía una enfermedad, los médicos me habían desahuciado. Salí ileso y luego me dije que mi vida debería tener sentido y así me hice sacerdote”, dijo Albó.

“El destino pone a cada uno en su lugar”, dice un viejo adagio y se refleja en la vida de Albó, pues pocos meses después de iniciar su noviciado, el provincial de los jesuitas de la Compañía de Jesús le propuso viajar a Bolivia. “Ya estaba nombrado para ir a Bolivia antes del 9 de abril de 1952; sin embargo, llegué unos meses más tarde”, recuerda.

Desde hace 71 años, el jesuita Albó trabajó por y para los bolivianos que eran excluidos por el sistema político y por las visiones de sociedad que regían desde mediados del siglo XX y a pesar de la revolución de abril.

Fue durante esa estadía en el campo que “acabó de despertar” su conciencia social, después de que Simón Patiño no les permitió realizar obras sociales en su hacienda.

Al retorno de uno de los viajes de formación en el extranjero, en la ciudad de Cochabamba fue profesor de quechua y terminó su libro llamado El quechua y su alcance. “Entonces me mandaron al campo, estuve todo un año en la hacienda más grande de Simón Patiño (Pairumani), porque él tenía miedo de que se apoderara de eso el MNR y pensó que con los jesuitas podía cuidarlo y habría más respeto, porque además ahí estaban los restos de su padre”, cuenta Albó.

Decía, “Soy partidario del proceso de cambio, pero sin renunciar al libre pensamiento. Al Ama Sua (no seas ladrón), Ama Llulla (no seas mentiroso), Ama Quella (No seas flojo) le agregué el Ama Llunk’u (no seas adulador) y el Ama Ch’in (no calles). Eso quiere decir que cuando uno sabe cosas que son importantes no hay que callárselas por miedo a que te repriman”. Así fue el jesuita Xavier Albó, nacido en España, pero boliviano de corazón y por elección. El P’ajla Xavier, como muchos le conocían, partió hoy a la casa del Señor, tras haber generado conocimiento y haber descubierto esa Bolivia que millones de personas ignoran.

En una entrevista con el periodista Yuri Torrez, el padre Albó reveló que decidió hacerse boliviano tras el asesinato del padre y también jesuita Luis Espinal, a manos de los paramilitares que tramaban un golpe contra la débil democracia de 1980.

“Me influyó en muchas cosas de mi vida. La muerte de Lucho me avergonzó mucho, por eso me nacionalicé boliviano. ¿Sabías que, al parecer, la primera edición de sus Oraciones a quemarropa lo hizo en España? Creo que después la cambió un poco, ya que en su primera versión decía “hurra” y en Bolivia se diría jallalla”, señaló aquel entonces.

Asimismo se calificó como un curioso incorregible y librepensante. Por eso, en 2016, en un encuentro que tuvo con Evo Morales, le dijo que está casado con el proceso de cambio, pero que siempre podrá opinar con libertad. “Yo estaré muy contento de ser librepensante, recuerdo que una vez te regalé a ti, Evo, las Oraciones a quemarropa y que dije: ‘de parte de un librepensante’. (Estoy) muy casado con el proceso, con el proceso de cambio, pero no renunciaré jamás a ser, al mismo tiempo, librepensante”, sostuvo Albó.

Albó tiene una obra enorme en el país. Entre otras cosas, formó el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca); se ha desempeñado como miembro del consejo académico de la maestría en antropología de la Universidad La Cordillera y del doctorado en Desarrollo del Cides. Ha sido coordinador latinoamericano de jesuitas en áreas indígenas (1995). Miembro de la Academia Boliviana de Historia Eclesiástica (1995). Desde 1994 es miembro del Comité Directivo del Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB) y parte del cuerpo docente de la Universidad-PIEB, entre otras.

 


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