M茅dicos lo comprueban en el d铆a a d铆a de su consulta. "Si bien es cierto que no se puede hablar de una epidemia, s铆 de un claro incremento de lesiones causadas por el abuso tecnol贸gico", se帽ala el presidente de la Sociedad Matritense de Cirug铆a Ortop茅dica y Traumatolog铆a (Somacot), Miguel 脕ngel Plasencia.
Los centros de salud reciben cada vez m谩s a pacientes aquejados por tendinitis, epicondilitis (inflamaci贸n de las inserciones musculares en el epic贸ndilo -hueso exterior- del codo), sobrecargas musculares, 'ojo seco' o p茅rdida de audici贸n, enfermedades todas ellas provocadas por el uso desmedido de dispositivos tecnol贸gicos. De ah铆 que estas lesiones cl谩sicas reaparezcan bajo nombres como 'pulgar de Blackberry', 'esqueleto de port谩til', 'o铆do de iPod' o 'Wiitis', entre otros. Las nuevas formas de comunicarse y divertirse han reciclado su nomenclatura, pero sus s铆ntomas son los de siempre.
Hasta la consulta del doctor Plasencia, en el hospital Pr铆ncipe de Asturias de Madrid, acuden personas que, en su mayor铆a, manifiestan "dolores en la espalda y en la zona cervical que, en algunos casos, les causan impotencia funcional". Estos s铆ntomas del conocido como 'esqueleto de port谩til' aparecen cuando se adoptan malas posturas frente al ordenador durante largos periodos de tiempo. La incorrecta altura de la pantalla, especialmente en los dispositivos port谩tiles, 芦obliga a tener el cuello en flexi贸n produciendo una sobrecarga en la zona禄, a帽ade.
Una cuesti贸n de malas posturas tambi茅n son los casos de ni帽os que acuden a consulta con molestias en la espalda. "Los padres lo achacan al peso de las mochilas, pero influye todo, tambi茅n c贸mo se sientan en clase o en el sof谩 de su casa para jugar con las videoconsolas", razona Plasencia. Adem谩s, a帽ade que "es muy dif铆cil determinar un 煤nico factor, aunque hasta hace unos a帽os no se ve铆an ni帽os en consulta, estaban jugando en la calle".
El doctor Julio Bonis fue qui茅n acu帽贸 el t茅rmino 'Wiitis' tras sufrir en primera persona los estragos de la videoconsola de Nintendo. La 煤ltima generaci贸n de este tipo de dispositivos simula movimientos reales que hacen que el jugador no perciba que pr谩ctica ejercicio sin haber calentado previamente. Ah铆 es cuando "aparecen lesiones tendinosas -en dedos, mu帽ecas, codos y hombros-", pero que no afectan a la estructura del tend贸n".
Micromovimiento repetitivo
Plasencia tambi茅n se ha topado con otras molestias ("no muy frecuentes", aclara) por un uso indiscriminado de tel茅fonos m贸viles. Estos dispositivos -Blackberry y otros 'smartphones'- con teclados peque帽os "llevan a realizar un micromoviento repetitivo que sobrecarga el tend贸n del pulgar", lesi贸n que antes era caracter铆stica de trabajadores manuales. Algo similar ocurre con el 'codo de m贸vil', antiguamente 'codo de tenista'. La musculatura se resiente "al mantener el codo elevado y separado del cuerpo constantemete", agrega el m茅dico.
Tal es la dependencia que pueden generar estos dispositivos m贸viles que neur贸logos de Estados Unidos comienzan a emplear el t茅rmino 's铆ndrome de la vibraci贸n fantasma'. El profesor de la Universidad de Maryland Jack Tsao explica que "el cerebro integra el tel茅fono a la estructura corporal y que sus se帽ales son percibidas, incluso en su ausencia". Una sensaci贸n parecida a la que padecen personas que han sufrido la p茅rdida o la amputaci贸n de uno de sus miembros.
Otro de los problemas m谩s comunes que llegan a las consultas es el 's铆ndrome de la pantalla de visualizaci贸n'. Fijar la vista en pantallas durante largos per铆odos reduce la frecuencia de parpadeo hasta tres veces por minuto, cuando lo normal est谩 entre doce y veinte. La falta de lubricaci贸n desencadena sequedad ocular y dolor, as铆 como visi贸n doble y borrosa.
Los oftalm贸logos recomiendan parpadear de forma constante, mirar a lo lejos reiteradamente y disminuir el tiempo de concentraci贸n en la pantalla.
"Cura de silencio"
El 'o铆do de iPod' no es la 煤ltima actualizaci贸n de la casa de la manzana, sino la p茅rdida de audici贸n que ocasiona escuchar m煤sica con auriculares y en un volumen exagerado. El secretario de la Asociaci贸n Espa帽ola de Otorrinolaringolog铆a, Crist贸bal L贸pez-Cortijo, recomienda aislarse por unos d铆as del ruido -una "cura de silencio"- cuando se ha estado sobreexpuesto a frecuencias de sonidos muy altas.
El doctor L贸pez-Cortijo reconoce que existe un aumento de pacientes con p茅rdidas de audici贸n precoces, por debajo de los 60 a帽os. "Sospechamos que estas lesiones tienen relaci贸n con los mp3 porque su aparici贸n coincidi贸 en el tiempo".
La Organizaci贸n Mundial de la Salud (OMS) establece en 65 decibelios el ruido tolerable para una persona. Sin embargo, el incremento de casos de p茅rdidas auditivas por la existencia de reproductores de mp3 que alcanzaban m谩s de 100 decibelios oblig贸 a las autoridades a limitar el volumen de dichos aparatos. L贸pez-Cortijo pone especial en atenci贸n en lo que 茅l denomina "contaminaci贸n sorda": la gente que escucha m煤sica a unos 80 decibelios de forma prolongada pierde progresivamente audici贸n y se da cuenta con el paso de los a帽os, cuando es ya irreversible.
Hasta el momento no existen estudios epidemiol贸gicos, aunque s铆 algunos art铆culos, que abordan la relaci贸n causa-efecto entre las viejas enfermedades y los h谩bitos de la vida moderna. La experiencia en consulta de los expertos indica que habr谩 una generaci贸n dolorida por el abuso y mal uso tecnol贸gico. 芦La justa medida es la prevenci贸n de estas lesiones禄, sentencia Plasencia.